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Los últimos patos colorados viven en Pitalito

La especie de patos colorados, considerada como la cuarta en peligro de extinción mundial, se estableció desde hace tres años en Pitalito. Su evolución es observada por ambientalistas que alertan sobre la contaminación de su hábitat. La especie de patos colorados, considerada como la cuarta en peligro de extinción mundial, se estableció desde hace tres años en Pitalito. Su evolución es observada por ambientalistas que alertan sobre la contaminación de su hábitat. LA NACIÓN, PITALITO El humedal de la finca Marengo, ubicado a menos de un kilómetro de Pitalito, es el hábitat natural de los patos colorados desde hace tres años. Investigadores y ambientalistas del mundo estudian la evolución del ave, reducida en casi un 90% en el territorio nacional. Sin embargo, esta y otras especies están en riesgo de extinción, a causa de la contaminación producida por la implementación de algunos cultivos en sus alrededores. La amenaza la constituyen los insecticidas y precursores químicos utilizados en el control de plagas y enfermedades de las plantaciones, según los ecologistas que trabajan en Marengo. Pero el Anas Cyanoptera o pato colorado no es la única especie que estableció su hogar en la finca. En el último ejercicio de reconocimiento se identificaron en el lugar a 62 especies de aves insectívoras, frugívoras, rapaces, granívoras y forrajeras, algunas de ellas son migratorias y proceden del norte del conteniente. “El humedal de Marengo es el último reservorio natural de Pitalito que cuenta con estas características especiales. Hay que cuidarlo y evitar que se envenene con productos químicos utilizados en la agricultura. Estos desaparecerán el hábitat del pato colorado y con él toda la especie que queda en el país”, dijo Joaquín Sánchez, especialista que sigue desde hace meses el desarrollo del ave en la región. Hábitat Marengo es una pequeña porción de juncos y otras plantas semiacuáticas, ubicadas en el costado norte del inmueble de 48 hectáreas. La finca es propiedad de la Corporación Nacional del Río Grande de La Magdalena (Cormagdalena) y es donde actualmente funcionan las oficinas de la Corporación Autónoma del Alto Magdalena (CAM). Con ocasión de la celebración del Día Mundial de los Humedales, el grupo de Protección, Turismo y Patrimonio Nacional junto a la Policía Ambiental y Ecológica y la CAM, organizaron un recorrido  por la finca para capacitar y sensibilizar sobre la situación a los alumnos del Grado 10 del colegio Winipeg. Recuadro: La especie La población de Anas Cyanoptera o patos colorados está incluida en el libro rojo de la Unión Mundial para la Naturaleza como una de las cuatro especies en vía de extinción, junto al Anas Geórgicas o pato pico de oro, el Oxyura Jamaicensis o pato andino y el Netta Erythrophtalma o pato negro. Es un espécimen de 40 centímetros. El macho es color rojizo, lo que da origen a su nombre popular, y la hembra es café y su tamaño es más pequeño. Parte de su plumaje es color turquesa, que es su distintivo y presenta una línea negruzca en la coronilla. Esta ave era buscada en el país por investigadores y ambientalistas. El reporte de su último avistamiento, antes de establecerse en Marengo, se remonta al año de 1958, en la vereda La Candela de San Agustín. El mayordomo de la finca, Teobaldo Luna, avistó por primera vez en el lugar a una solitaria pareja de patos en agosto del año 2006. Con el paso del tiempo se establecieron más de 60 hembras y machos, adultos, juveniles y polluelos, con plumaje nupcial o reproductivo, pero siempre jugueteando en el espejo de agua. Según los investigadores Joaquín Sánchez y Gloria Acosta, se estima que en Colombia apenas hay unos centenares de la especie, y allí radica la importancia de conservar su hábitat y su entorno natural. El Anas Cyanoptera se encontraban hace seis décadas con facilidad en la Costa Atlántica y en los humedales de la Región Andina, pero la cacería y la destrucción de su hábitat menoscabaron peligrosamente su existencia. En el momento, el número de aves disminuyó en un 92 por ciento.