La Nación
Mancuso y el paramilitarismo huérfano 1 29 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Mancuso y el paramilitarismo huérfano

Durante cuatro días estuvo Salvatore Mancuso ante la Justicia Especial para la Paz relatando y reiterando sobre la relación marital que existió entre agentes del Estado, empresarios y políticos para crear el paramilitarismo, y conformar una alianza contra todo lo que oliera, según ellos, a “comunismo o socialismo”.

Es una de las más sanguinarias alianzas que se hayan tejido en la historia del país para mantener poder territorial, político, económico y social a favor, por supuesto, de los que se aliaron con ese fin. Y en ese camino el paramilitarismo asesinó, masacró a diestra y siniestra; a tal punto, que se asesinaron entre ellos mismos, pues los hermanos Castaño terminaron devorándose sin compasión. Y habló Mancuso en la Jurisdicción Especial para la Paz como lo que fue: un hijo del paramilitarismo de Estado. Dijo Mancuso con seguridad y contundencia: “Yo fui reclutado, armado, entrenado por las fuerzas armadas. Yo soy hijo directo de ellos”. Sí, es cierto. Cualquier ciudadano, ¡del mundo!, que lea la historia del paramilitarismo en Colombia concluirá fácilmente que esta organización no pudo haber nacido sin la complicidad de agentes del Estado, de empresarios y políticos; cada uno de ellos “se echó su polvito” para que el paramilitarismo naciera, creciera y se reprodujera. Ahora lo niegan.

Ese hijo que engendraron y bautizaron; que reclutaron, entrenaron y armaron; que formaron bajo la ideología de la extrema derecha; que utilizaron para quitar del camino, incluso, a quienes tenían rivalidades políticas; que recibía la lista de personas a quienes debía asesinar; que se reunía con ellos en brigadas, en fincas, en casas de gente “prestante y de bien”; que le pusieron a su disposición entidades como el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y Ecopetrol; que llevaron al Congreso, vestido finamente de saco y corbata, para que lo aplaudieran como un “héroe de la patria”; que después traicionaron y extraditaron… Hoy es un hijo negado. Ayer era un hijo consentido, hoy es un hijo repudiado, “desheredado”. Ahora no hay que creerle. Ahora le piden hasta la “prueba reina” para confirmar lo que dice. Le piden hasta la “prueba de ADN” para que, con el 99.9%, confirme que sí es hijo del paramilitarismo de Estado. Pero así lo nieguen tres veces, es innegable que a este “dios” lo crearon agentes del Estado, empresarios y políticos. No importa que lo sigan negando. Miren su porte, su expresión, su cuerpo, su mirada, su cara… Miren sus acciones. Mancuso es igualito a los padres que hoy lo niegan. Bien lo dice el refrán: “Hijo de tigre sale pintado”.