En un hecho que tiene conmocionados a los habitantes del barrio Emayá del sur de Neiva, un niño de apenas 10 años de edad atacó con un pico de botella a otro menor de la misma edad causándole graves lesiones en su rostro. La familia del pequeño afectado afirmó que ninguna autoridad les ha puesto cuidado a pesar de haber denunciado el hecho, ahora temen por sus vidas.
“Ya pusimos la denuncia en la Policía, en la Fiscalía y de todo, pero hasta que no me maten al niño no le hacen nada al otro, cómo posible que un menor de edad hace eso y nadie responde, que pague el papá, la mamá, que uno es el que hace los hijos, uno tiene que responder por lo que los hijos hagan, porque sí un niño en la calle hace algo, uno como padre tiene que responder”, dijo la mamá del niño lesionado.
Según las víctimas el menor agresor atacó sin piedad al pequeño indefenso, causándole con un pico de botella una herida abierta en su rostro y cuello, la cual tuvieron que suturar en un centro asistencial con 14 puntos.
“Lo que pasa es que ese niño que hirió a mi hijo es de una familia no muy buena, pero uno no puede tener miedo, que sí dice algo lo joden a uno también, pero yo no me quedé callada, hice las cosas como tenía que ser, llevé el Policía allá la casa, la mamá dijo que no le había hecho nada, entonces no hicieron nada, me dijo la Policía que dejara las cosas así, que no buscara problemas porque las cosas iban a ser peor”, expresó la progenitora.
Posteriormente los encargados del niño lesionado acudieron a la Fiscalía para poner el denuncio, pero de igual manera no pasó nada y el hecho quedó impune, como si nada hubiera pasado.
“Mi hija fue a la URI, allá le dijeron que en el centro al lado de la Alcaldía, pero allá no le solucionaron nada. Luego fuimos al Bienestar Familiar me dijeron que lo mejor era que me fuera de la casa para que no me mataran el niño, eso no es posible, a mi niño le cogieron 14 puntos, casi me lo matan”, aseguró.
Ahora a raíz de estas denuncias realizadas por la madre del menor herido, los familiares temen por su integridad física, ya que afirman que las personas con que están tratando son muy peligrosas y pueden tomar represarías.
* Los nombres de los dos menores y la madre se omitieron por cuestiones legales y de seguridad.