Francisco Argüello
Entiendo que hay descontento, malestar. Que el Huila, como el resto del país, quiere marchar, alzar la voz y concentrarse masivamente en las calles el próximo miércoles rechazando la reforma tributaria que, sin duda, toca el bolsillo de la clase media, pero hay que ser responsables. No es el momento para marchar. Y menos para concentrar a la ciudadanía porque el COVID-19 tiene en máxima alerta al país y Neiva no escapa a la emergencia. La ocupación de camas UCI supera el 78% y seguramente durante la semana pasará el 80, lo que debe alarmar. No se trata de ser gobiernista, de izquierda, o indolente. El asunto es responsabilidad. Por si no sabían, la capital del Huila está recibiendo pacientes con coronavirus de Caquetá, Tolima, Medellín y Bogotá, donde ya estamos desbordados y las medidas se extremarán durante los siguientes días.
El paro es un derecho, nadie lo duda, pero será casi innecesario porque la reforma tributaria de Iván Duque está muerta políticamente. No goza de la bendición del liberalismo, La U, Cambio Radical, y algunos conservadores, entre otros.
Así argumenten que no está comprobado que las pasadas movilizaciones dispararon los contagios, hoy el escenario es otro. En el país ronda la cepa brasileña y británica, más agresiva en su contagio.
Los de la Usco, no asisten presencialmente a clase para evitar contagios, pero un grueso – no todos- marchará en una jornada que promete ser difícil y que será aprovechada por la izquierda para sacar pecho y mostrarse de cara al 2022. El problema, es que la nueva cepa parece atacar más a los jóvenes.
Muy bien el paro, pero ojalá dos semanas después, cuando se disipe el tercer pico. O ya tendremos a los especialistas lamentándose por lo que viene y la incapacidad de no poder hacerle frente porque no habrá con qué. En Medellín ya hay comités de ética médica escogiendo entre qué paciente salvar.
Nota uno: Así como los médicos- a quienes respeto y admiro- piden suspender el San Pedro virtual, deberían promover la no realización del paro, al menos mientras pasa el tercer pico. Al fin y al cabo, las festividades son en junio, pero el paro es ya.
Nota dos: Qué inseguridad la de la carretera Hobo-Yaguará: atracos, asaltos a mano armada en las fincas, robo de ganado, motocicletas. El Ejército lo sacaron de la zona y la Policía argumenta que el área pertenece a Campoalegre, Yaguará y Hobo y deben ponerse de acuerdo para actuar. ¿Hasta cuándo tanta indolencia?