Se aproxima el año 2019 y en lugar de regocijarse con el espíritu de la navidad y de la expectativa del año nuevo, nos estamos preguntando por el futuro incierto que traerán las políticas económicas reveladas por el Presidente Duque y las del ministro de Hacienda, para quien las súplicas de los colombianos y las incertidumbres de no contar con un empleo estable y unos ingresos seguros, “le resbala”. Las estrategias de financiamiento del nuevo gobierno y las consecuencias que traerá para el bolsillo de los colombianos es un tema en el que no queremos pensar, sin embargo, es toda una experiencia límite que no nos deja regocijarnos en la navidad y el año nuevo.
Han renacido las estrategias de la derecha para el manejo de la economía del país: Además de seguir favoreciendo a los que deberían ser los grandes contribuyentes, al confirmarles exoneraciones y exenciones, esta reforma tributaria ha sido una ley, no para recoger 7.1 billones para financiar el presupuesto nacional , sino para otorgar beneficios tributarios por 8.1 millones a los que si debieran tributar más, por tener más. Nos engañaron otra vez.
A la política de Derecha siempre le ha incomodado los intereses de los más pobres. Por muy bien que les vaya en las elecciones, por muy generalizado que esté el discurso a favor del libre mercado, siempre hay un trasfondo de miedo a que el populacho vote y ponga en el Gobierno a izquierdistas que cobren impuestos a los ricos y subsidien a los pobres y paguen las deudas sociales históricas a los vulnerables.
Una de las respuestas es la propaganda: decirles a los votantes, con frecuencia y bien alto, que el hecho de gravar a los ricos y ayudar a los pobres provocará un desastre económico, mientras que rebajarles los impuestos a los “creadores de empleo” nos traerá la prosperidad a todos. Ese es el cuentico con el que nos han manejado la economía de este país.
Con seguridad llegará de nuevo la propuesta del alcohol carburante para darle participación en el negocio de los combustibles a los que debieran tributar más. Con certeza, vendrán mayores impuestos para las cervezas y las bebidas azucaradas y los colombianos tendrán que pagar más por una gaseosa o una chela, (que suba la cerveza es lo que menos critica el pueblo). Las aerolíneas seguirán sin control de precios en los pasajes, los servicios bancarios seguirán cobrando lo que les dé la gana, las empresas de telefonía celular seguirán imponiendo sus reglas del mercado. La soberanía popular en materia de economía seguirá siendo el rey de burlas del 2019.
Entonces, no sé cómo decir, Feliz navidad y próspero año nuevo 2019.