¿Qué ocultan los sangrientos atentados del 13 de noviembre en Francia?
Ya está claro: el planeta entero se debate entre quienes promueven la globalización (aperturas) y quienes están a favor de nacionalismos oscurantistas (cerrar fronteras). Para estos últimos la clave está en exasperar las identidades nacionales y culturas locales como estrategia “chauvinista”.
Los teóricos de las “nuevas conspiraciones” (conspiranoicos) han creado las siguientes hipótesis, que a la “postre” podrían orientar posibles explicaciones:
O se trata de un “auto atentado” de quienes están interesados en exacerbar estos nacionalismos, dentro de la misma Europa, desatando “una fingida guerra” contra los valores del Islam, con el propósito, quizá, de expulsar de Europa a los “extranjeros”. Una salida extrema para detener a los inmigrantes y refugiados.
Paréntesis: (Se sospecha de quienes siguen añorando las triquiñuelas utilizadas por el nazismo para desprestigiar los movimientos judaistas (seguidores de Moisés). Ojalá el gobierno francés, como lo ha reiterado Hollande, haga “caso omiso” a estas pretensiones neo-fascistas).
Siguiente hipótesis: Francia declaró la guerra contra ISIS, movimiento islamista, cuya localización no es precisa, o es en Siria o es en Irak, no se sabe, pero Francia los considera objetivo militar (recuerden que esta misma excusa llevó a que el Presidente Bush ordenará, en 2003, el bombardeo y ocupación de estos territorios para ponerlos luego al servicio de grandes petroleras norteamericanas).
Otra hipótesis: motivos religiosos del nuevo orden espiritual del 3er. Milenio. Los “conspiranoicos” aseguran que el origen está en el viernes 13 de octubre de 1307, cuando el Papa de Roma junto al rey de Francia, ordenaron la persecución y exterminio de los Caballeros Templarios, y bueno, sabemos que los nuevos templarios están vivitos y “coleando” (al parecer)…
Adenda: Lo mejor de todo esto es que aprendemos ciencias sociales…