La reciente controversia suscitada por la ministra Irene Vélez sobre un informe sobre reservas de gas en el que combinó indiscriminadamente reservas probadas, probables y de otra naturaleza para justificar la decisión de no otorgar nuevos contratos de exploración de gas y petróleo ha derivado en un conflicto entre los altos funcionarios del ministerio de minas y energía que desdibuja el verdadero problema que enfrenta el país: La autonomía en el suministro de estos combustibles en el largo plazo.
Es claro, como lo mencionan los altos funcionarios, que no es posible sumar peras con manzanas y una cosa son reservas probadas y otra las probables y deben ser informadas con su propia realidad. Pero el problema es si se permite o no el otorgamiento de nuevos contratos de exploración teniendo en cuenta el panorama real del país en este campo y sus proyecciones en el largo plazo dentro de la llamada transición energética. Me ha sorprendido que se pretenda desconocer el concepto de largo plazo en las distintas discusiones sobre la transición energética. Sustituir los ingresos provenientes del gas y el petróleo que son mayoritarios frente a las otras opciones del país solo será posible en el largo plazo, por lo menos 30 años. Que el gobierno pretende sustituirlos por el turismo resulta loable pero hoy no posible pues Colombia no es un destino turístico como España para citar un solo referente; hay que establecer el objetivo y trabajar por alcanzarlo.
Pero, de nuevo, no se consigue de la noche a la mañana. Que hay que reducir el aporte negativo del país al cambio climático, por supuesto; ¿pero cuanto representa en términos mundiales? ¡Menos del 1%! Es decir, hay que reconocer en este fenómeno una problemática en la que todos debemos aportar pero teniendo en cuenta la preservación de nuestras condiciones y, otra vez, considerando el largo plazo y los efectos que generan decisiones de este tipo. Es claro para todos que una de las acciones que debemos adelantar es la llamada “Diversificación” de la producción para reducir la dependencia del petróleo que siempre encabeza, junto con el café, la lista de commodities o bienes básicos lo cual no se puede desconocer cuando se quieren introducir cambios que afectan los ingresos fiscales.
Así la ministra de Minas y Energía desconozca muchos términos del léxico tradicional del área bajo su responsabilidad, es claro que todo tiene sus límites y deben conocerse para evitar que, por ignorancia, se generen problemas mayores a los que se quieren resolver.