La Nación
COLUMNISTAS

¿Personas toxicas, realidad o ficción?

Por diferentes circunstancias muchas personas pasan momentos difíciles en sus vidas, ellas merecen ser escuchadas con amor, tolerancia y respeto, como parte del tratamiento terapéutico para superar el trauma; pero si persisten en pensamientos negativos, comportamientos disociadores y manipuladores con la ambición de parapetarse en el poder de los  grupos de trabajo o  en la gerencia de las compañías, estamos frente a individuos del mundo global, conocidos como “personas toxicas”.   
  
Uno de los factores claves de éxito en las empresas es el talento humano, propiciar un excelente ambiente laboral, impulsa a los colaboradores con entusiasmo al cumplimiento de los objetivos estratégicos; sin embargo, ninguna organización escapa a la influencia de personas con actitudes intimidatorias, cuyo único fin es satisfacer sus ambiciones egoístas, enrareciendo las relaciones labores, utilizan el pánico que causa escalofrió  en la administración del área a su cargo, estos comportamientos ameritan pronta solución de la alta dirección; prescindir de sus servicios no significa incomprensión con estos empleados, simplemente debe primar el bienestar general, sobre las conductas mezquinas y toxicas, de quienes entorpecen el crecimiento  de las corporaciones.

Frente a estas situaciones críticas, desde hace varios años los teóricos de la administración moderna, trabajan en la construcción de modelos organizacionales, donde prevalezca la felicidad, tema que tiene como como punto de partida la concepción ética de ser humano, en una visión sistémica de la salud espiritual y corporal con la felicidad, indispensable para implementar cualquier sistema de gestión donde laborar sea un placer, dada la interacción social de las empresas con la sociedad.
Un modelo organizacional diseñado para propiciar felicidad en el trabajo, requiere de un estilo de liderazgo creativo capaz de exigir con autoridad el cumplimiento de metas, pero a la vez se caracteriza por la compresión por los empleados, si esta premisa no se cumple el concepto de felicidad, se vuelve un discurso teórico, que nadie cree.
“Los jefes son los únicos que piensan y los subalternos obedecen”, ese paradigma pasó de moda; importante involucrar a los colaboradores en el desarrollo del pensamiento estratégico, resulta necesario crear espacios de innovación, tendientes a mejorar la gestión integral de la  organización promoviendo proyectos de alta sustentabilidad humana, económica, social y ambiental, solo así se legitima el modelo organizacional de la felicidad y se construyen relaciones de respeto. Un gerente de la felicidad nunca utiliza expresiones como: “Te voy a descabezar muñeco”.