La Nación
COLUMNISTAS

Petro a lo Chávez. Por Luis Humberto Tovar Trujillo

Hay muchas expresiones populares, son sentencias de vida. Por ejemplo;  dime con quién andas y te diré quien eres, entre otras muchas; con las que se quiere significar conductas dentro del actuar de las personas, donde aquellas actuaciones, pese a conocerlas y reprocharlas, la sociedad, torpemente se les lleva a la vida pública, y a sabiendas de sus antecedentes, se lamentan posteriormente de sus actuaciones, que no son más que la prolongación de esas acciones que ya hacen parte de sus convicciones. De todos es conocido de donde procede Petro, saben de sus amistades, y la más perturbadora, desde luego, la del vecino, y de esa que deambula hablando de paz, y disque aspira a la presidencia, como decían los viejos, válgame Dios. Todos sabían de esas amistades peligrosas, que indican a ciencia cierta el norte de sus actuaciones en la alcaldía de Bogotá, de sus vínculos con ese mundo subterráneo, pero con una capacidad de mimetización tan impresionante, llevada al extremo de maniobrar las actuales instituciones y sacar provecho para sus intereses políticos futuros, no digamos ocultas pretensiones, porque muchas de ellas, las que faltaban, han salido a relucir durante el ejercicio del segundo más importante cargo en Colombia, pero está creando un entramado en todas las instancias de poder, y desestabilizar el Estado para sus intereses. Fíjense Uds., que Petro, como buen amigo de Chávez, y de estos nuevos amigos que siguen sus orientaciones en América Latina, que han llegado a niveles aberrantes de prepotencia por el exiguo poder, pretender adoptar medidas sancionatorias contra Inglaterra, por la no viabilidad de negociación de las Malvinas. Mejor dicho el nuevo concepto de poder económico Latinoamericano, salido de toda orbita previsible y menos aún viable, solo falta que Bolivia quiera entrar al grupo de los 8. Pero a lo que voy, es a los surperpoderes, al estilo Chávez y sus amigos, no tanto para reformar la Constitucion, si pudiera lo haría para perpetuarse en el poder, actitud que critican de la actual institucionalidad, pero que es viable si se trata del ejercicio del poder por esta izquierda agobiada y en cuidados intensivos; pero que por su siempre actitud arrogante, desafía hasta el Concejo, como suprema autoridad administrativa del Distrito, liderando la incoherencia, la improvisación propia del desconocimiento de la ciudad, porque lo que tiene se lo encontró, todavía no se lo cree, y dentro de las cosas que hace y ante la imposibilidad de obtener las mayorías en el Concejo, es pretender una reforma administrativa sin someterla al debate en la corporación, y eso que se trata de nuestro nuevo mejor amigo demócrata. Que tal. Si la Justicia absuelve a sus asesinos, el Estado debe condenarlos.