La Nación
“Petro se desentendió de los asuntos de gobierno” 1 26 julio, 2024
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“Petro se desentendió de los asuntos de gobierno”

El exministro Alejandro Gaviria habla con LA NACIÓN y analiza el momento actual del país. ‘Raja’ al Gobierno Petro en temas clave como seguridad, salud e infraestructura. Sobre la crisis en la salud de los maestros, critica duramente a Fecode. Teme que en 2026 la transición democrática sea caótica.

 

Jesús Antonio Rojas Serrano

editorgeneral@lanacion.com.co

 

“Más que hacer un vaticinio, voy a hablar con el deseo y es que Colombia tenga en 2026 una transición democrática ordenada y sin traumatismos. El miedo que tengo es que eso no ocurra”, dice en entrevista con LA NACIÓN el exministro, Alejandro Gaviria Uribe, quien por 7 meses hizo parte del gabinete del presidente Gustavo Petro.

 

 

¿Qué lectura tiene al momento por el que pasa el sistema de salud colombiano tras la solicitud de retiro de la EPS Sura con más de 5 millones de afiliados?

Jesús Antonio, tengo una lectura de preocupación. Una mirada que básicamente está leyendo este momento como un punto de inflexión, un punto de no retorno. El sistema de salud como lo conocimos, como se desarrolló en los últimos 30 años, está cambiando para siempre. Esa idea de la competencia estructurada está cambiando y que estamos convergiendo hacia, quizás, un monopolio estatal, que no va a ser mejor, que va a exacerbar los problemas y que podría resultar, en los meses que vienen, en una crisis preocupante de atención en salud en todo el país.

 

¿Ve, entonces, que los colombianos estamos asistiendo en vivo y en directo a la estatización de la salud?

Yo creo que como van las cosas la consecuencia evidente de lo que está pasando es esa. Si uno suma las EPS intervenidas por el Gobierno Nacional, las EPS públicas y las que están en una especie de limbo como Compensar y Sura, que están empezando un proceso de salida del sistema, eso ya nos lleva a un sistema que será mayoritariamente público. Yo creo que si no se hace nada distinto, si nada cambia, la deriva de lo que está ocurriendo nos va a llevar a un sistema en donde vamos a tener una gran EPS pública con el 90% de los afiliados.

 

¿Los colombianos van a volver a la época del Seguro Social?

Jesús Antonio, yo creo que hay un riesgo de que volvamos a esas épocas, pero hay que decir qué significan volver a las épocas del Seguro Social. Lo primero, yo considero que con un monopolio estatal hay mayores riesgos de corrupción y de manejo político; por ejemplo, en la determinación de la red, las influencias políticas pueden llegar a ser decisivas. Segundo, mayores problemas de coordinación de los servicios, de caos, como ocurrió en el Seguro Social. Y tercero, lo que más me preocupa desde mi punto de vista social, un sistema segregado, en el que vamos a tener un mayor porcentaje de la población con pólizas privadas accediendo a los hospitales de mayor calidad y el sistema público con condiciones muy inferiores de calidad y oportunidad. Es paradójico que un Gobierno de izquierda vaya a propiciar la segregación de la atención en salud en Colombia. Es una gran paradoja.

 

¿Cree que el Gobierno de Gustavo Petro es consciente de todo esto que usted está advirtiendo?

Yo creo que no. Yo creo que el Gobierno sigue en su diagnóstico inicial: que el problema del sistema de salud son las EPS. El Gobierno nunca ha mirado con buenos ojos la alianza pública y privada que surgió de la ley 100 del año 93. Yo creo que el Gobierno ve con antipatía la participación del sector privado. El comunicado del Gobierno, después del anuncio esta semana de Sura de retirarse del sistema de salud, no fue un llamamiento a mirar los problemas a profundidad, a sentarse a dialogar, a la búsqueda de consensos, sino a seguir en la misma línea, a seguir diciendo que continuará profundizando la idea de la reforma a la salud y que seguirá trabajando con una planificación adecuada, sin que esto de la planificación adecuada sea lo que estamos viendo. El Gobierno está en una etapa de negación, podría decirlo de esa manera.

 

Frente al tema de Sura, el presidente Gustavo Petro le ha echado la culpa al Senado por sepultar la reforma a la salud, ¿qué interpretación le da a eso?

Jesús Antonio, no estoy de acuerdo. No estoy de acuerdo por una razón práctica: supongamos que el Congreso de la República hubiera aprobado la reforma a la salud y estuviera para sanción presidencial, la implementación de esa reforma iba a tomar dos años, y el problema está ahora. O sea, la reforma a la salud era para resolver los problemas del mediano plazo. Los problemas de la coyuntura son distintos y son los que el Gobierno se ha negado a atender: la insuficiencia de la UPC, el atraso en los pagos de los llamados presupuestos máximos y la concentración del riesgo, este último un tema técnico, pero importante. Esa es una primera razón. La segunda, que es una razón más de fondo, es que la reforma a la salud como está concebida no resuelve los problemas estructurales de sostenibilidad y los cuales tienen que ver con el mucho mayor precio de las tecnologías en salud y los medicamentos, el envejecimiento de la población, las mayores demandas sociales, la misma mayor demanda de atención poscovid por el represamiento que se presentó en su momento. Esos temas, que son los temas de sostenibilidad de todos los sistemas de salud, no son abordados por la reforma.

 

¿Cree que las fallas que se han presentado en la implementación del nuevo modelo de salud para los maestros es el abrebocas de lo que podría pasar en el futuro con la reforma a la salud?

Los dos modelos no son iguales. Hay diferencias entre uno y otro, pero yo quiero plantearles a los lectores del Diario LA NACIÓN en el Huila una preocupación: el gran fracaso del modelo de salud de los maestros se explica con un solo elemento, el tratar de convertir la Fiduprevisora, que es simplemente un fondo, en una EPS de la noche a la mañana; esto es una organización que pudiera coordinar todos los servicios de salud, contratar la red, armar la red, garantizar el sistema de información, hacer la referencia y contra referencia y todas las labores complejas del aseguramiento. Eso no se crea de la noche a la mañana. Y la Fiduprevisora trató de hacerlo de la noche a la mañana. El presidente Petro concibe la reforma a la salud convirtiendo a la Adres también en una especie de Eps de la noche a la mañana y ahí es donde podrían repetirse en el sistema general los problemas que ya estamos viendo en el nuevo modelo de salud del magisterio.

 

¿Hay alguna explicación para que Fecode terminara aceptando la implementación de un modelo de salud de un día para otro?

Para mí es una gran paradoja. La labor principal de un sindicato no es el apoyo político a un Gobierno o a un Presidente sino defender los derechos de sus afiliados y el bienestar de ellos. Fecode prefirió lo primero a lo esencial, que es la defensa y el bienestar de los maestros. No lo entiendo sinceramente. Jesús Antonio, yo creo que esto podría tener una consecuencia al interior de Fecode y que esto lo rompa por dentro de alguna manera. Si yo soy afiliado a Fecode, voy a pensar qué sentido tiene si Fecode se convirtió en apéndice de un partido político y no en un sindicato que defiende unos derechos.

 

Frente a la ‘avalancha’ de quejas de los maestros, el Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio, Fomag, autorizó a todas las IPS públicas y privadas del país a prestar los servicios de salud que sean requeridos por los usuarios, ¿le pareció eso correcto?

Eso se conoce en la jerga del sistema de salud como un modelo de red abierta, o sea, yo no trabajo con una red que yo controlo, sino que el usuario puede ir a cualquier clínica, pero no hay red. Los modelos de red abierta en Colombia y en el mundo han fracasado; terminan envueltos en problemas de insostenibilidad y corrupción. Con el tiempo, cuando se acumulan muchas facturas sin pagar, terminan también en problemas de flujos de recursos. Eso se intentó en Colombia en el año de 1996 por el Seguro Social, se llamó en su momento un modelo de libre adscripción y ese fue el principio del fin del ISS; se acumularon facturas sin pagar, con un montonón de corrupción impagable, por un billón de pesos de la época en cuestión de 6 meses. El Seguro Social nunca se recuperó de ese intento de tener un modelo de red abierta.

 

¿Le halla, entonces, la razón a la Contraloría General de la República a la hora de anunciar una vigilancia especial a los recursos públicos que se movilicen tras ese anuncio de red abierta hecho por el Fomag?

Le doy razón a la Contraloría porque los riesgos de desviación de recursos públicos y de corrupción son muy grandes. La Contraloría General de la República tiene ahora un papel constitucional ampliado de hacer controles previos.

 

Como exministro y funcionario que hizo parte de este Gobierno en sus primeros meses, ¿cómo ve el rumbo del país?

Voy a resumirlo de manera telegráfica. Mis preocupaciones en cuanto a la estabilidad macroeconómica están ahí, pero son menores. Primero, el país ha podido tener cierta estabilidad, la inflación ha estado bajando, el dólar se ha mantenido estable y todavía hay confianza de los mercados internacionales de crédito en la economía colombiana. Segundo, tengo preocupaciones sectoriales. Además del sector de la salud, en infraestructura hay una parálisis, en vivienda hay problemas acumulados, así como en el sector de hidrocarburos y minero-energéticos. En general, todos estos problemas sectoriales han redundado en un desplome de la inversión privada. Tercero, los problemas de seguridad son preocupantes. No tengo que decírselos. En el Huila lo están viviendo, con preocupación y con una especie de déjá vu, es decir, vamos a volver a vivir lo que enfrentamos hace algunas décadas, algo que era impensable. Hay que hacer una diferenciación entre lo que ocurre en las grandes ciudades, donde tienen unos determinantes distintos a lo que está ocurriendo en Cauca y Nariño, de manera emergente en el Huila, en el Meta y en el Guaviare. Y por último, tengo una preocupación institucional debido a esta ambigüedad que ha tenido el Gobierno sobre la Asamblea Constituyente y las expresiones de algunos miembros del Pacto Histórico sobre ampliar el periodo del Presidente; esto insinúa una especie de ruptura institucional que el país no ha visto desde hace tiempos.

 

¿Cómo ve al presidente Petro? ¿A qué juega él cuando se acerca el ecuador de su mandato?

Jesús Antonio, yo creo que él está muy desentendido de los asuntos de gobierno. Él está pensando en el poder, en la elección de 2026, y no en los asuntos que le preocupan a la gente, entre ellos la salud. Es como si el Presidente hubiera decidido no gobernar más y dedicarse a una larga campaña política, con todo lo que eso implica: la polarización, la división del país y las consecuencias sociales.

 

Usted que se ha vuelto famoso en redes sociales porque los vaticinios que hizo sobre Petro se han cumplido al pie de la letra, ¿cómo ve al Presidente en 2026?

Más que hacer un vaticinio, voy a hablar con el deseo y es que Colombia tenga una transición democrática ordenada y sin traumatismos. El miedo que tengo es que eso no ocurra, que la transición democrática en el 2026 esté llena de problemas, que el Presidente se encargue de desprestigiar las autoridades electorales, que ponga en duda los resultados presidenciales, que haya más caos en el país y que esa confrontación política nos lleve a mayor violencia.

 

En otras palabras, ¿teme a un Petro en 2026 no queriendo desalojar la Casa de Nariño?

Jesús Antonio, no sé. O por lo menos, la disposición que debe tener cualquier demócrata a aceptar los resultados electorales sean los que fueran. Un demócrata se define por una frase: la disponibilidad a perder, es decir, aceptar las reglas de juego y conceder cuando se pierde. Eso es lo que más me parece preocupante porque no veo al Presidente en esa actitud.