La Nación
Petro y un "basta ya" al interior de las Fuerzas Armadas 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Petro y un “basta ya” al interior de las Fuerzas Armadas

En una de las versiones rendidas ante la JEP, el expresidente Santos afirmaba que los militares no soltaban cargos así tuvieran relación con “falsos positivos”.  Los abogados que litigan en derecho disciplinario entre militares lo saben: no hay justicia ni castigo para las conductas graves y gravísimas y la corruptela de los altos oficiales del ejército o la policía. Todos hemos sido testigos, el Estado gendarme y la derecha de este país defienden a ultranza el régimen y la jurisdicción penal militar a pesar de que sea jurisdicción que destaca más por resultados de impunidad y falta de castigo. Hemos sido también espectadores mudos del clasismo, la intolerancia, la discriminación y la vulneración constante de los derechos humanos al interior de las filas del Ejército. Los altos mandos de las fuerzas en algunas épocas, en unas más que en otras, tienden a sentirse los dueños y señores prepotentes de la vida, el patrimonio y hasta el destino de los ciudadanos. Como si a las altas esferas de la Policía y del Ejército nada los rondará, nadie los controlara, sabemos la suerte de los que se atrevieron a tener sentimientos distintos al interior de las fuerzas armadas: la ignominia, el destierro, la persecución, el llamamiento a calificar servicios, la negación injusta de los ascensos. En el ultimo gobierno de Santos, hubo algún respiro; se pudo aplicar controles reales, hubo una primera revelación de fondo de los falsos positivos, hubo mayor difusión de los derechos humanos y mayores compromisos con el DIH, sin embargo, apenas la extrema derecha volvió al poder, una vez que el expresidente Duque aterrizó en la presidencia (y después de hacer su curso gendarme en la Escuela militar de guerra) la prepotencia y el arribismo militar volvió por sus causes. No podemos olvidar las triquiñuelas y el ascenso del general Nicasio Martínez ni sus instrucciones y nuevas políticas cuando llega a la comandancia del Ejército: Apuntar nuevamente a aumentar las muertes, capturas y rendiciones en combate. Varios altos oficiales interpretan en esa época, esas órdenes como presiones indebidas que podrían desembocar en nuevos casos de falsos positivos. En aquellos momentos y posteriormente el mismo presidente Petro, siendo Congresista, afirmaba que no solo las directrices para aumentar resultados hacen más de una década, y esas reveladas por el Times, han incentivado los falsos positivos. También lo habría hecho la doctrina de entrenamiento militar. Eso es lo que explica la fanfarronería de Zapateiro en sus últimos días de regencia, el apoyo descarado de Duque y la derecha a la indisciplina de las fuerzas. Las cosas tienen que cambiar, si quieren pueden verlo como una purga necesaria al interior del cuerpo armado (no como persecución) por eso Iván Velásquez, el nuevo ministro de defensa es el más adecuado, el mayormente llamado atacar frontalmente la corrupción- costumbre del Ejercito y la Policía, el que nuevamente haga sonar la Diana del nuevo día para los derechos humanos al interior del Ejército. Ojalá se pueda reivindicar llamando de nuevo al servicio a tantos buenos miembros del Ejército que condenados a calificar servicios o una vez negados sus ascensos fueron condenados al ostracismo por pretender honestidad y respeto por los derechos humanos al interior de sus filas. Ojalá haya una comisión que investigue y castigue tantos desmanes de los últimos años en las distintas fuerzas.