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¿Por qué quitarse la vida cuando apenas comienza? 1 21 mayo, 2024
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¿Por qué quitarse la vida cuando apenas comienza?

En el país, durante los primeros cinco meses de este año 125 niños y adolescentes se quitaron la vida. En Neiva, el caso del menor de 11 años de edad que se suicidó la semana anterior, prendió las alarmas sobre este flagelo que aún es tabú y exige acciones inmediatas.

huila@lanación.com.co 

El cuerpo sin vida de Sebastián Ramírez de once años de edad, fue encontrado el pasado 31 de julio por su hermano mayor suspendido de una soga en la residencia familiar ubicada en el barrio La Arboleda en Neiva. Al parecer, el menor tomó la decisión de acabar con su vida luego de que sus padres le prohibieran usar el celular, aparato que se habría convertido en su principal “amigo” para jugar videojuegos.

El caso del pequeño Sebastián, se suma a las preocupantes cifras de suicidio infantil y adolescente que presentan una tendencia al alza en los últimos dos años en el país. Medicina Legal precisa que en Colombia 5.035 individuos se quitaron la vida en los últimos 2 años, de los cuales 819 fueron niños y adolescentes menores de 18 años, la tasa de suicidio más alta en la última década en el territorio nacional.

En los primeros cinco meses del año 1.021 personas se quitaron la vida, de la cuales 125 eran niños y adolescentes con edades entre 5 y 18 años.

Panorama local y regional

Pero en el Huila y su capital el fenómeno no es menos angustiante. Según datos de la Secretaria de Salud Municipal, en Neiva se registraron en el primer semestre del año en curso 181 eventos de intento de suicidio, si bien aún no hay cifras consolidadas de hechos consumados en 2019, para el año anterior se presentaron 19 suicidios en la ciudad, de los cuales 2 corresponden a la población adolescente, una joven de 17 y un joven de 16 años.

En el Departamento el panorama también preocupa. Para la vigencia 2019, a la semana epidemiológica 24, el Sistema de Vigilancia en Salud Pública registra la notificación de 451 eventos confirmados asociados al intento de suicidio. Frente a las edades registradas en los sucesos, se observan 175 casos en menores de 18 años (7 a 17 años).

El informe agrega, que en el Huila durante 2019, “se aprecia que en el 61% de los eventos notificados no se presenta la situación de intentos de suicidio previos, mientras que en 39% de los casos si se registran antecedentes de conducta suicida”.

Frente a este panorama, expertos coinciden en que el primer paso para prevenir el suicidio es hablar de este drama que puede tocar la puerta de cualquier familia en el momento menos esperado. Solo así es posible detectar a tiempo conductas de alarma que pueden convertirse en oportunas ‘señales de vida’.

“A pesar de las cifras tan altas, el suicidio sigue siendo un tema tabú rodeado de un gran silencio, que se esconde y se desconoce, muy pocos se atreven a enfrentarlo y a hablar del flagelo, mientras tanto se agudiza este problema de salud pública”, afirma Silvana Velásquez, psicóloga presidente de la Fundación ANDA y miembro  de la Red Mundial de Suicidiólogos.

Práctica multicausal

En palabras de la profesional, el suicido es una práctica multicausal que involucra factores bilógicos, personales, familiares y contextuales, los cuales llevan a un niño o adolescente a quitarse la vida. “El suicidio es un tema multicausal, por lo cual no se le puede atribuir a una sola causa el hecho consumado, son una cantidad de factores que llevan al suceso, solo que, lo que sucede inmediatamente antes del evento, es lo que llamamos un disparador o un detonante”, explica.

Según la psicóloga, “en los factores biológicos se encuentran alteraciones mentales no diagnosticadas, tales como, la ansiedad, la depresión, la bipolaridad, entre otros. Los factores personales inciden cuando un niño o adolescente está siendo abusado, violentado, en el caso de los factores familiares se encuentran, por ejemplo, ausencias familiares, familias disfuncionales, separación de los padres, y finalmente en los factores contextuales está el bullying en el colegio, las cargas académicas, las necesidades básicas insatisfechas y todo lo que estamos viviendo actualmente, esa batalla que tenemos con los videojuegos, las redes sociales y el internet en general”.

Las señales

Detectar a tiempo conductas de alarma pueden convertirse en oportunas señales de vida.  La presidenta de la Fundación Anda expone que en el contexto familiar, académico y social se deben detectar algunas actitudes para prevenir el suicidio infantil y adolescente. “Los niños y jóvenes comienzan a padecer aislamiento, trastornos de sueño, de ansiedad, pérdida de apetito, ausentismo escolar, bajo rendimiento académico, cambios en el estado de ánimo y poco interés en actividades placenteras.”

Redes de apoyo

Frente a las anteriores conductas, lo más importante de acuerdo a Velásquez, es la atención de las redes de apoyo, las cuales pueden ser familiares, escolares y sociales. “Que todos empecemos a hacer parte de esa identificación temprana en cambios conductuales que presente un miembro de la familia, un amigo, cuando se identifica el flagelo debemos buscar ayuda profesional, para activar rutas de atención y hacer un buen seguimiento”, precisó.

Plan de Intervenciones Colectivas

La Secretaría de Salud Municipal en relación a las competencias de la Dimensión Convivencia Social y Salud Mental, realiza diferentes acciones con el objetivo de promover el bienestar mental de manera integral, así mismo hace seguimiento de eventos en salud mental.

Es así como esta Secretaria dispone de estrategias, “tales como involucramiento parental, habilidades para la vida, hogar seguro, además acciones intersectoriales y comunitarias a través del equipo PIC (Plan de Intervenciones Colectivas), con el fin de mejorar las habilidades sociales, la capacidad para resolver problemas y la autoconfianza, que puedan ayudar a prevenir algunos problemas de salud mental, como los trastornos de la conducta, la ansiedad, la depresión y los trastornos alimentarios, así como otros comportamientos de riesgo incluyendo eventos de intento de suicidio”, expresó Martha Lorena Vargas Andrade, profesional de apoyo en Salud Mental de la Secretaria de Salud Municipal.

“Nadie tiene culpabilidad en un caso de suicidio”

Según Silvana Velásquez, miembro  de la Red Mundial de Suicidiólogos, nadie tiene culpabilidad en un caso de suicidio, pero todos somos llamados a participar en la prevención de este flagelo. “Familias, instituciones educativas y sociedad en general, debemos trabajar en la identificación temprana de conductas que indiquen, que algo no anda bien en los niños y adolescentes que nos rodean”.