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Presidente Santos en Neiva. Por Eduardo Gutiérrez Arias

El presidente Santos vendrá al Huila con motivo de la celebración de los 400 años de la fundación definitiva de Neiva que se celebran el próximo 24 de mayo… El presidente Santos vendrá al Huila con motivo de la celebración de los 400 años de la fundación definitiva de Neiva que se celebran el próximo 24 de mayo. No viene a inaugurar grandes obras o realizaciones de su gobierno en el  departamento o la ciudad porque estas han brillado por su ausencia. Sólo viene a cumplirle una invitación a las élites del departamento quizá por el inmenso respaldo que en esta tierra recibió su candidatura presidencial como también la recibió el anterior presidente Uribe y como la han recibido todos los presidentes de los últimos 50 años, quienes le quedaron debiendo al departamento las obras de progreso que mencionaron en sus campañas con la única y honrosa excepción de nuestro paisano Misael Pastrana Borrero. La visión de un Huila próspero se nos ha quedado a mitad de camino y una buena parte de la responsabilidad les corresponde a los gobiernos nacionales, en un país ultra centralista en el que las autonomías regionales y locales antes que avanzar, retroceden como se ha visto en el caso de las regalías del petróleo. El Huila sigue embotellado. Las carreteras interregionales que nos deberían comunicar con el país y el mundo continúan estancadas, la recuperación del ferrocarril para abaratar el transporte, especialmente de carga, no encuentran eco ni siquiera en la propia región. Tampoco la navegabilidad por el magdalena entre Puerto Berrío y Neiva. Los grandes distritos de riego para lograr una agricultura moderna en nuestras tierras planas, sigue siendo una utopía. La agroindustria y el turismo no avanzan. Por todo esto la pobreza y la miseria en el Huila están por encima del promedio nacional como lo dijo el propio presidente y son equiparables a departamentos marginales como el Chocó. Estas realidades no se superan ocultándolas o manteniendo un optimismo que sólo es dable en la pequeña élite usufructuaria del poder. Claro que la culpa principal no está en los presidentes sino en los propios huilenses que han contribuido de forma importante a su elección. En el Huila aún no se ha gestado una sociedad y una cultura laica y moderna. La región sigue siendo confesional, patriarcal y tradicionalista. En política siempre apoya las opciones ubicadas en el espectro de la derecha. Hoy el departamento está dominado por el partido de la U. y en el enfrentamiento entre el centro derecha santista y la extrema derecha uribista, está con el uribismo. Los huilenses dicen admirar el empuje empresarial y la mentalidad abierta de los paisas, pero mientras ellos eligen para gobernarlos a personajes independientes y transparentes como Sergio Fajardo y Aníbal Gaviria aquí se respalda hasta el delirio a personajes sub judice de la justicia. Si el presidente Santos de verdad ha pensado pasar a la historia colombiana como el lider que trajo la paz, el progreso y la equidad social, debe comenzar a saldar la enorme deuda de la nación con el Huila y su venida debe servir para anunciar los grandes proyectos de desarrollo del sur colombiano.