La Nación
Problema de marca mayor 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Problema de marca mayor

Consuelo Serrato de Plazas

«Moriremos antes de hambre que de COVID-19». Contundente mensaje de las comunidades vulnerables de todo el mundo.

Es bien sabido que el derecho a la alimentación se halla soportado en normas internacionales de derechos humanos y entraña la posibilidad de acceder no solo a una alimentación adecuada, sino también en condiciones de dignidad, esto es, una alimentación que permita mantener a las personas en niveles óptimos para el buen desarrollo de sus facultades físicas y mentales, ya que como lo afirmara la escritora británica, George Elliot: «Nadie puede ser sensato con el estómago vacío».

Una de las mayores aspiraciones de la humanidad es la de alcanzar la meta contemplada en el Objetivo 2 de Desarrollo Sostenible: Poner fin al hambre. Infortunadamente y aunque impensable, la crisis alimentaria que hoy por hoy se vive a nivel global y que mayor desigualdad suscita, no para de crecer.

A la luz de los hallazgos del más reciente estudio publicado por las Naciones Unidas sobre el estado del hambre y la desnutrición en el mundo, «hasta 811 millones de personas sufrieron hambre en 2020, un aumento de 118 millones con respecto al año anterior». Desde este horizonte es dable destacar que una de las franjas poblacionales más afectadas es la infantil, concretamente, los niños y niñas menores de cinco años. Ante esta grave emergencia, Antonio Guterres, Secretario General de la ONU,  convocó una cumbre mundial que permita adoptar acciones orientadas a poner freno a este flagelo, puesto que «en un mundo de abundancia, no tenemos excusa para que miles de millones de personas no tengan acceso a una dieta saludable. Es inaceptable».

Si bien es cierto el impacto de la pandemia viene exacerbando la crisis alimentaria, también lo es que se trata de una problemática en ascenso que requiere del esfuerzo de todos los agentes sociales, pues a decir verdad la sociedad en su conjunto es corresponsable frente a la garantía de tan preciado derecho fundamental y por ello todos y todas debemos contribuir a combatir el hambre, pues  como lo dijera Su Santidad Francisco: «La vida no sirve, si no se sirve».