La Nación
‘Profe’ Moncayo=Dignidad 1 26 abril, 2024
EDITORIAL

‘Profe’ Moncayo=Dignidad

Dignidad. Esta es la palabra que representó al profesor nariñense Gustavo Moncayo, conocido en el país como el “caminante por la paz”, y quien murió esta semana tras soportar un cáncer terminal de hígado.

Todos los colombianos recuerdan al antiguo educador de geografía luchando infatigablemente por la libertad de su hijo, el cabo del Ejército Pablo Emilio Moncayo, secuestrado miserablemente por la guerrilla de las Farc en el año de 1997.

La angustia propia de un padre llevó a que el profesor Moncayo emprendiera en el 2007 una caminata por los más de 1.000 kilómetros que separan a Sandoná, Nariño, de la capital del país. Fue mes y medio de una jornada que buscaba hacer visible su grito desesperado de libertad. El llamado estaba dirigido al Estado, la adormecida ciudadanía colombiana y a las Farc, que en ese momento persistían en ese abominable delito del secuestro.

Durante su recorrido por varias ciudades del país y con cadenas en las manos, el profesor Moncayo logró exponer nacionalmente el horror de la guerra y la barbarie de la entonces guerrilla, que se autoproclamaba como “ejército del pueblo”.

La llegada a Bogotá del profesor Moncayo terminó con un recordado encuentro con el presidente de la época, Álvaro Uribe Vélez, quien lo recibió en la Plaza de Bolívar. Allí, hablaron por cuatro horas. Al final, el ‘profe’ lloró de impotencia.

La lucha por ver a su hijo libre no terminó ahí. El ‘profe’ estuvo en varios países y tuvo reuniones, incluso, con el entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y el papa Benedicto XVI. Fue solo hasta marzo de 2010 que las Farc liberaron a Pablo Emilio Moncayo, luego de 12 años de cautiverio y de por medio una negociación gestionada por la hoy senadora Piedad Córdoba.

Exsecuestrados, varios de ellos del Huila, coinciden en reconocerle al “caminante por la paz” que fue una “luz” en medio de los más difíciles momentos. Lamentablemente, el profesor Moncayo ha partido, abandonado, sin una reparación de los antiguos comandantes e integrantes de las Farc, como lo están hoy muchas víctimas de la barbarie producida por esa guerrilla.