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Estos dos árboles fueron envenenados a finales del año pasado en pleno centro de Neiva.
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¿Qué le pasa a la gente? En plena ola de calor están matando árboles

¡Qué indignación! En medio de la ola de calor, hay personas que están atacando a los árboles, que lo único que hacen es mejorar la calidad del aire, brindar sombra y bajar la temperatura. ¿Qué está pasando por la cabeza de estos neivanos? ¿y por la cabeza de quienes ven los ataques y no hacen nada?

Dai Trujillo

periodistadigital@lanacion.com.co

La capital huilense acaba de pasar una semana extremadamente calurosa, algunos resultados meteorológicos reportaron un promedio de 38°C, lo que indica un aumento en la temperatura. La comunidad está desesperada, al punto de que han comenzado cadenas de oración para que llueva en la ciudad. Sin embargo, a todas las quejas por la temperatura de la ciudad, hay que sumarle los daños ambientales que han hecho algunas personas inescrupulosas y que, claramente, provocan que la ola de calor sea mucho más intensa.

Estos dos árboles fueron envenenados a finales del año pasado en pleno centro de Neiva.
Estos dos árboles fueron envenenados a finales del año pasado en pleno centro de Neiva.

Los ataques

El pasado mes de noviembre, dos árboles Oití que eran el hogar de cerca de 2.500 ‘loros carisucios’ fueron envenenados. Hoy el centro de Neiva luce un poco más gris, pues de estos dos árboles ubicados en la carrera Quinta con calle Décima, solo queda el recuerdo. Aunque en un inicio, los ejemplares dieron ‘la pelea’ y mostraron algunos brotes verdes, lo cierto es que hoy están completamente secos y muy pocos loros posan sobre los troncos sin vida.

Glifosato fue el químico que usaron quienes perpetraron la acción criminal y hasta un taladro fue usado para que el letal químico penetrara en lo más profundo de estas especies. Aunque lideres ambientales y la administración saliente tomaron acción para retrotraer el envenenamiento, no se pudo hacer nada y los árboles murieron.

Por si fuera poco, el pasado 25 de enero un pequeño árbol frutal ubicado sobre la carrera Quinta entre calles 15 y 16, fue talado en la parte inferior del tronco. La acción delictiva no se ejecutó al 100%, pues el pequeño árbol presentó varios cortes, pero aún sigue en pie.

A pesar de las denuncias generadas por varios medios de comunicación, incluyendo a LA NACIÓN, las manos criminales volvieron a hacer de las suyas y el 26 de enero, el pequeño árbol volvió a amanecer con más signos de tala. Los profundos cortes y las grandes heridas ya dan cuenta de inestabilidad del arbolito y la gran posibilidad de que termine rompiendo su tronco por el peso de sus ramas.

Sobre la carrera Quinta, este árbol fue atacado en los últimos días. Aún se mantiene en pie.
Sobre la carrera Quinta, este árbol fue atacado en los últimos días. Aún se mantiene en pie.

Ola de indignación

Jenny Monroy, habitante de la ciudad de Neiva, con indignación le comentó a LA NACIÓN qué “el árbol está siendo talado para secarlo. No entendemos el daño ambiental que le quieren hacer a esta zona, sabiendo el calor que está haciendo en la ciudad de Neiva”.

Asimismo, el secretario de Medio Ambiente, Andrés Felipe Buitrago le dijo a este medio de comunicación que “la administración municipal rechaza tajantemente estos actos lamentables en contra del medio ambiente se han aunado esfuerzos con las autoridades para dar con los responsables de estos daños ambientales”.

Sentido de pertenencia

Las autoridades ya se encuentran analizando grabaciones de cámaras de seguridad de ambos casos, para dar con las personas que han perjudicado gravemente a los árboles del municipio. Hoy el pequeño árbol de mango se encuentra en un proceso de recuperación. Líderes ambientales le trataron la herida y lo vendaron en busca de su recuperación.

La indignación por los ataques sistemáticos en contra de la flora del municipio son solo la punta del iceberg, pues la contaminación en afluentes como Las Ceibas, La Toma el río del Oro, el río Magdalena, entre otros, son graves problemáticas ambientales que se deben tratar de inmediato. Por lo anterior, la invitación a la comunidad es a que denuncie cualquier acto en contravía del medio ambiente y a que sean ejemplo en medio de la sociedad, pues hasta un ‘papelito’ en la caneca y no en el piso, hace la diferencia.