La Nación
EDITORIAL

Regresan los cocaleros

Según Naciones Unidas, los cultivos de coca crecieron 44% en Colombia, al pasar de 48.000 hectáreas en 2013 a 69.000 hectáreas en 2014. En total, 21.000 hectáreas más que se incorporan al imperio del narcotráfico.

Los departamentos del sur de país (Nariño, Cauca, Putumayo y Caquetá) y Catatumbo constituyen el principal reto para enfrentar el problema de la producción de cocaína. Allí se encuentra la mayoría de los cultivos de coca (73%).

El Catatumbo, la Unión Peneya (Caquetá) la zona montañosa del departamento de Cauca y la frontera sur de Colombia registran la mayor densidad de cultivos de coca. Estos focos no son nuevos, están claramente centralizados y subsisten en territorios afectados por grupos armados ilegales.

A pesar del incremento, no hay una expansión de los cultivos de coca en nuevos territorios. El 84% de los cultivos están en la misma zona, poniendo en evidencia el fracaso de los programas de erradicación forzosa y voluntaria que se ha venido realizando desde hace una década. Allí radica uno de los graves indicadores del nuevo estudio de Naciones Unidas: el retorno de los cocaleros.

La reincidencia registra una mayor proporción en regiones como Putumayo, Caquetá, Nariño, Guaviare, y Antioquia donde se agrupa el 70% de los territorios donde persiste la guerrilla y las bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares.

Los más afectados son Caquetá y Putumayo con 390 y 389 kilómetros cuadrados de territorios reincidentes, respectivamente.

Además de la reactivación de las áreas sembradas en territorios objeto de intervención en años pasados, se registró otra cifra alarmante: De una producción potencial media de 290 toneladas métricas registradas en 2013 se pasó a una de 442 toneladas métricas, un incremento de 52%. En otras palabras, los raspachines desplazaron sus cultivos ilícitos y las grandes mafias aumentaron la capacidad de producción de cocaína. Estos dos hechos deben concentrar la atención de las autoridades en zonas altamente vulnerables.

Espacialmente estos territorios se localizan en los departamentos de Nariño, Cauca, Putumayo, Guaviare, Meta, Antioquia (bajo Cauca), Bolívar (sur) y Norte de Santander, donde se ha intensificado el conflicto armado.

El 3,5% del territorio presenta una afectación reciente (entre 2012 y 2014)17, esta categoría corresponde a las nuevas áreas con cultivos de coca y zonas de expansión. Si bien los cultivos se han reducido en los últimos diez años, la persistencia de estas zonas cocaleras, ponen en evidencia que los programas de aspersión y los programas de erradicación no han logrado acabar con las zonas críticas.
 

“Los raspachines desplazaron sus cultivos ilícitos y las grandes mafias aumentaron la capacidad de producción de cocaína”.
 
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