La Nación
EDITORIAL

Relevo en la cúpula

Dos semanas después de haber asumido el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, el gobierno decidió renovar parcialmente la cúpula militar.

El primer relevado fue el general Jaime Alfonso Lasprilla, comandante del Ejército quien fue reemplazado por el mayor general Alberto José Mejía Ferrero. Como nuevo comandante de la Armada Nacional fue nombrado el almirante Leonardo Santamaría, quien reemplazará en el cargo al almirante Hernando Wills y como nuevo comandante de la Fuerza Aérea al mayor general Carlos Eduardo Bueno Vargas, quien reemplaza al mayor General del aire, Guillermo León.

Los nuevos miembros de la cúpula, son oficiales de alta graduación, experimentados en la guerra pero también con formación en otras disciplinas, esenciales para el posconflicto. Esta será una garantía para mantener la actual estrategia militar.

Aunque consideró que los cambios son “procedimientos normales y necesarios" en la vida institucional,  los movimientos serán claves para avanzar en un eventual acuerdo de paz o para marcar una ruptura, como otra opción posible, como lo confesaron los negociadores. Por eso ratificó la primera línea de mando.

En este orden seguirán en sus cargos el general Juan Pablo Rodríguez, comandante de las Fuerzas Militares; el director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino, y el Jefe de Estado Mayor Conjunto, almirante Henry Blain.

El cambio más sensible fue el relevo del general Lasprilla, un oficial tropero, quien logró los principales golpes al narcotráfico, a la guerrilla, a la delincuencia común y a las bandas criminales. El oficial, cuyo temple,  carácter y recia personalidad demostró durante su paso por la Novena Brigada tuvo que lidiar con varios escándalos de corrupción, ajenos a su gestión,  y algunos reveses militares, como la masacre de soldados en el Cauca.

Con la llegada de Villegas, los cambios estaban previstos. Se trata de articular la línea de mando a la actual ofensiva militar y abonar el terreno para firmar la paz o para mantener la guerra. De ahí el talante de los nuevos oficiales, que gozan además, del pleno reconocimiento de sus tropas.

La nueva cúpula tendrá también otro gran reto: reforzar la seguridad urbana que se ha venido deteriorando, especialmente en las principales ciudades, con el incremento de la criminalidad. Y en esta ruta tendrán que garantizar el desarrollo tranquilo de las elecciones regionales de octubre próximo.

“Los movimientos serán claves para avanzar en un eventual acuerdo de paz o para marcar una ruptura…”

 

Editorialito

Muy grave para las regiones, el aplazamiento de los giros de regalías, como consecuencia de las medidas de choque para enfrentar la caída de los precios internacionales del crudo. Y más cuando los recursos corresponden a las compensaciones por el bajonazo de las regalías.