La Nación
Reservas naturales 1 1 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Reservas naturales

Retomando los dichos populares el de “cada momento trae su afán”, ha logrado trascender a lo largo de la historia a pesar de su frecuente uso en el ámbito político, dándonos una mano en esta época de fuerte estío dada la incidencia del fenómeno del niño, fenómeno que ha fortalecido el proceso de formar conciencia ambiental, ante la desmesurada ola de calor la receta espontanea es, “sembremos bosques”, justificando a mayor cobertura vegetal tendremos un mayor volumen de producción de agua y por supuesto un clima más benigno.

En este sentido el departamento del Huila cuenta con un nutrido inventario de áreas naturales protegidas, entre ellas, los parques nacionales naturales, los regionales, municipales, las reservas de la sociedad civil y por supuesto las reservas voluntarias, sitios privilegiados donde bien se podría incentivar el ecoturismo y las actividades de aventura. En materia de estadística los resultados son desalentadores, los que reportan el numero de visitas muestran registros anuales que no superan los dos mil visitantes, con promedio diario de gasto por turista estimado en noventa mil pesos, un registro muy bajo. Como el tema no es un lamento, y por el contrario, es identificar una oportunidad para promover las diversas formas de actividades de contacto con la naturaleza, armonizando con las exigencias del mercado turístico contemporáneo.

Los turoperadores mayoristas que comercializan receptivo de naturaleza buscan dos segmentos de aviturismo, un primero para un consumidor exigente, de conocimiento científico, que le demanda al Huila una mayor oferta de escenarios cualificados y de ser posible certificados; el segundo segmento, considerado como medio, busca escenarios que combinen la presencia de especies endémicas con atractivos locales, de forma tal animen una estadía de por lo menos una semana. Sin desconocer la presencia de los pajareros que por lo general son aficionados, algunos llevan sus registros de identificación de especies visualizadas y otros, solo se limitan al registro fotográfico de sus avistamientos.

Pero también, resulta oportuno comentar que ha surgido una nueva corriente de turistas de naturaleza, aquellos que se enfocan en el conocimiento de los bosques, esto es, las familias florísticas, de quienes en el Huila se tiene algunos antecedentes, entre ellos, los visitantes al Macizo Colombiano motivados por el reconocimiento de las especies en vía de extinción; otros como, los llegados al humedal de  San Andrés motivados por los bosques nativos donde se aprecian gran variedad de orquídeas y heliconias, incluidas las cultivadas en la finca La Esmeralda del Vegón en el municipio El Pital. Gran reconocimiento para quienes viajan para conocer los relictos de bosque seco tropical, donde los municipios de Neiva y Agrado tienen una gran reserva para desarrollar, ambos ligados al río Magdalena que por supuesto magnifica su importancia. Podemos decir que llego el momento de la naturaleza.