La empresa Saludcoop, blanco del más escandaloso robo a los recursos públicos de la salud está en expirando. Después de casi cinco años de infructuosa intervención administrativa no logró recuperarse. Su deceso es inminente. La gigantesca EPS que manejó casi cinco millones de afiliados será desconectada para anticipar su muerte digna.
La corrupción, entronizada por un cartel especializado de cuello blanco, terminó haciendo metástasis y toda su estructura resultó seriamente afectada. Tan graves fueron las secuelas que no hubo poder humano, ni medios extraordinarios para prolongarle la vida artificialmente. Las medidas adoptadas desde mayo de 2011 cuando se ordenó la intervención fueron paliativas.
Ante la imposibilidad de recuperarse el gobierno no tuvo más remedio que aplicarle la ortotanasia. El ministro de Salud, Alejandro Gaviria y el superintendente de Salud Norman Julio Muñoz Muñoz, anunciaron que la liquidación era un paso necesario para darle solución definitiva
Saludcoop, en fase terminal, seguirá prestando sus servicios hasta hoy. A partir de mañana lo hará Cafesalud, asegurando la continuidad en la prestación de los servicios a los usuarios, proteger de una posible quiebra a más de cuatro mil prestadores y respetar los derechos laborales de los trabajadores. Aunque los afiliados desconfían de la fórmula, el gobierno asegura la continuidad. Habrá que esperar los resultados.
Por ahora, el tema esencial, está en resarcir los daños que Palacino y su grupo empresarial le causaron al sistema. Las medidas, en realidad, como lo advirtió el contralor Edgardo Maya, no resarcirá el daño patrimonial causados al Estado con la desviación de recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud.
El asalto a los recursos parafiscales, no valorado en su verdadera dimensión, según la Contraloría, es alarmante. Saludcoop administró entre 1995 y 2010 recursos parafiscales por un valor aproximado de $15 billones de pesos. De estos, el 88% correspondía a la Unidad de Pago por Capitación, el 3% a copagos, el 8% a recobros y el 1% a otros conceptos. El 99.48% de los ingresos operacionales correspondieron a ingresos parafiscales y un 0.52% a ingresos por recursos propios.
Según Maya, se trató de una dinámica constitutiva de un mismo daño, sujeto a un mismo hilo conductor, continuado e ininterrumpido, que por tratarse de una modalidad de desvío de recursos públicos en beneficio del patrimonio privado, es un daño que no ha cesado hasta tanto los recursos que fueron objeto de malversación no regresen a la liquidez del sistema.
RIP.
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“La gigantesca EPS que manejó casi cinco millones de afiliados será desconectada para anticipar su muerte digna”.
EDITORIALITO
La elección de personeros y contralores deben ser rigurosamente vigiladas. Intereses ajenos están interesados en promover aspiraciones de dudosa reputación. En alerta veedurías.