La Nación
EDITORIAL

Sanción social

El naufragio de la cuestionada reforma a la justicia terminó desatando una crisis política cuyos efectos comenzaron a sentirse en términos de credibilidad. El naufragio de la cuestionada reforma a la justicia terminó desatando una crisis política cuyos efectos comenzaron a sentirse en términos de credibilidad. Las reacciones de la sociedad civil, alimentada por las redes sociales y medios de comunicación, desató el terremoto que terminó hundiendo la desafortunada contrarreforma, inspirada por el gobierno, aprobada por el Congreso, sin observación e irresponsablemente retocada por los conciliadores. El hundimiento de la reforma dejó lesionada la legitimidad de las tres ramas del poder público. Pero también la credibilidad institucional frente a la ética pública y el buen gobierno, tomadas como banderas. Y para completar, movió los cimientos de la unidad nacional hoy tambaleante frente a la responsabilidad política por el fracaso legislativo que representó el naufragio de la contrarreforma constitucional, que según expertos, sigue vigente. La indignación y la reacción ciudadana frente a esta iniciativa precipitaron su sepultura, como ocurrió con la reforma a la educación superior, que el gobierno intentó imponer sin contar con todos los actores sociales, prevalido del control que el Ejecutivo ejerce sobre un congreso arrodillado. Aunque todavía incipiente el control ciudadano demostró esta vez que está despertando y que pese a las debilidades la participación ciudadana es cada vez mas creciente en los asuntos públicos con contenidos de vigilancia, crítica, seguimiento, evaluación, deliberación y sanción social. Por esa razón la ciudadanía les pasó la cuenta de cobro, como una manifestación de rechazo generalizado. Las últimas dos encuestas conocidas al finalizar la semana demostraron los efectos de esa sanción social que se multiplicó pidiendo la revocatoria. La imagen del presidente de la República Juan Manuel Santos, de acuerdo con Gallup sintió el primer remezón.  mientras que en el mes de abril Santos tenía una imagen favorable de 64% y desfavorable del 27% en junio, después del episodio de la reforma a la justicia, la imagen desfavorable subió al 43% frente a una imagen favorable del 48% la más baja en los casi dos años de Gobierno. El Congreso, cuya imagen desfavorable pasó del 50 al 69 por ciento, resultó el más golpeado, como era de esperarse al alcanzar un nivel más bajo de los últimos diez años. Pero también la Rama Judicial, pagó el costo político al alcanzar su peor punto en siete años con una desfavorabilidad del 70 por ciento. La Corte Suprema, que con los juicios contra la parapolítica había alcanzado en el 2008 una imagen bastante favorable perdió 15 puntos de favorabilidad e incluso la Corte Constitucional bajó su imagen favorable de 61 a 48 por ciento. La percepción refleja un despertar ciudadano y un renaciente control social frente a las arrogantes y muchas veces autoritarias manifestaciones del poder público. Destacado “Las últimas dos encuestas conocidas al finalizar la semana demostraron los efectos de esa sanción social que se multiplicó pidiendo la revocatoria”. EDITORIALITO Detrás de las fiestas sampedrinas llegan no solo turistas. También bandas de delincuentes que se aprovechan de las festividades para ejecutar sus fechorías. Las autoridades deben reforzar los controles y la propia ciudadanía debe estar atenta. No hay que dar papaya.