La Nación
EDITORIAL

Se busca candidato

Los partidos ya no son actores irremplazables en el escenario electoral. Aunque debían cumplir funciones esenciales en una democracia representativa, con el paso de los años,  han perdido protagonismo.

Muchos de estas colectividades tradicionales están siendo hoy rebasadas por los movimientos sociales. Las alianzas ciudadanas contra el clientelismo se están abriendo paso en todo el país. 

La apatía que genera estas prácticas está alimentando alianzas ciudadanas de veto contra candidatos impuestos por las maquinarias electoreras y por supuesto, contra candidatura que no interpretan las nuevas realidades sociales y políticas.

Y en muchos casos una reacción natural contra las empresas electorales en que se ha convertido la política tradicional.

La migración masiva de militantes, de viejo arraigo en los partidos, es inatajable. Un torbellino de decepciones contra las élites políticas alientan esas migraciones.  

Los partidos tradicionales están perdiendo predominio y ya no son imprescindibles para impulsar los grandes cambios. El bipartidismo liberal-conservador perdió vigencia.
  
La aparición de actores independientes en la escena política está generando tendencias significativas contra las maquinarias. La presencia de nuevas figuras con ideas renovadoras y sin ataduras clientelistas, dinamizan el debate político. Y están abriendo paso para consolidar un nuevo universo de gobernabilidad.

Hoy en el Huila, ningún partido individualmente considerado, puede asegurar una victoria resonante. La ausencia de candidatos fuertes, de pesos pesados, ajenos a los vicios de las maquinarias, le ha bajado ritmo y entusiasmo a la campaña. Es más, el retorno de figuran que estaban en reposo, es un claro reflejo de esa crisis de liderazgo. Una triste realidad.

La ideología que antes amarraba el voto y agitaba los trapos en las campañas pasó a un segundo plano. Los movimientos sociales terminaron arriando esas banderas e izando otros pabellones de gerencia pública, imprescindibles hoy en La apatía hacia ese modelo tradicional de hacer la vieja política y la intromisión cada vez más agresiva de prácticas clientelistas han venido configurando una nueva gobernanza. Esa prometedora relación ente gobierno y sociedad civil marca hoy el rumbo.

El Huila no puede ser la excepción. Necesitamos un modelo de gobernabilidad que nos garantice transparencia, despolitización del servicio público, y participación ciudadana. Solo eso. 

Un gerente de lo público, sin mañas ni ataduras políticas que asuma la conducción de una región en desarrollo. Un líder de nueva generación que interprételas aspiraciones de una tierra de promisión, con grandes oportunidades, en un escenario seguro de posconflicto. Todavía hay tiempo para no equivocarnos.
 
Necesitamos un modelo de gobernabilidad que nos garantice transparencia, despolitización del servicio público, y participación ciudadana”.

En buen momento, el director de la Aunap Otto Polanco anunció severos controles para enfrentar la informalidad en el embalse de Betania. Lograrlo, requiere el ejercicio de autoridad de todas las entidades y por supuesto, de la voluntad de los propios productores. Hay que salvar este ecosistema. Y de paso, la industria piscícola.