La Nación
Se calentó la olla 1 16 junio, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Se calentó la olla

La presión está rebasando la capacidad de aguante de la olla en que está convertido el gobierno nacional. Y esa quizás sea la fórmula que de manera espontánea asoma para sacar del marasmo a esta moderna patria boba que anda cocinándose con las delirantes recetas de odio y miedo que someten a la nación con la polarización entre los extremos políticos que se insultan llamándose peyorativamente los unos a los otros como derecha e izquierda.

Se pasa de la vergüenza por el discurso delirante a la indignación por el saqueo al erario. De la sensación de impotencia por el desgobierno en la cabeza del Estado salta el país al miedo cerval por el brutal ataque criminal de los facinerosos y terroristas. Del estupor por el cinismo con que mienten y se solapan el presidente y sus áulicos se consume la nación en la incertidumbre por el trato y manejo indecoroso e irrespetuoso que dan a la Constitución e instituciones envileciendo y pauperizando el desarrollo nacional. Pero de aquello, de control político y oposición seria, activa y efectiva, más bien pocón.

Ante la debacle del plan piloto de ‘cambio’ del sistema de salud que sacrifica el bienestar de más de ochocientas mil familias del magisterio, el desbocado y desesperado ministro de salud, tras convenirse mafiosamente para no echarse culpas con el director de Fiduprevisora (convertida a la brava en EPS) y además proponiendo entuerto para dar gusto al gran jefe (al que jura lealtad) que “se arregla después cuando venga la auditoría”, reclama al MinHacienda para que “ponga el culo” en el perdido esfuerzo de encontrar culpables para ofrecer al dictadorzuelo que no dejará “títere con cabeza”, sin reparar en que el genio redentor y salvador de la humanidad, quien les reprenderá airado cuando lo saquen de su entretención predilecta, esta vez se encuentra ocupadísimo trinando sobre la detención de Netanyahu y la defensa de Hamás. El comandante supremo está ocupadísimo jugando a los soldaditos de plomo con las fuerzas armadas de la República, sacando de la cesta de los desperdicios, que él mismo armó, al nuevo comandante del Ejército Nacional, escogido y nombrado sin consultar, le importa un bledo, al comandante de las fuerzas militares ni al insípido ministro de defensa. Está repitiendo el experimento exitoso que hizo con la comandancia de la policía.

Lo cierto es que la olla va a explotar.