Como hace mucho tiempo no sucedía la Semana Santa 2023 esta signada por la incertidumbre, este periodo anhelado por los fieles católicos para participar con mayor devoción y respeto en la tradicional programación litúrgica de la época, pero también por quienes encuentran en esta semana de receso una oportunidad para descansar de las cotidianas rutinas, especialmente para vacacionar. Esta ultima intención se ve un poco alterada, quienes con la debida antelación programaron sus periplos a destinos lejanos se sienten amenazados por la crisis del transporte aéreo, las noticias no son las mejores, se habla de la incapacidad de cumplir con los itinerarios, desde el sector se percibe la buena intención de apoyar una solución al problema en beneficio del viajero, de igual manera se observa el esfuerzo institucional de las entidades rectoras del turismo nacional, pero el viajero no encuentra una respuesta convincente para resarcir su inversión.
El invierno es otra seria amenaza para quienes optaron por destinos de aventura, los ríos están crecidos, las crecientes súbitas aumentan su frecuencia, y por supuesto, el tema de exploración de cavernas se torna en una actividad de riesgo moderado, se convierte entonces en una trascendental prueba para medir la eficiencia de los planes de contingencia en sus aspectos preventivos, al viajero se le daría mucho más confianza con la expedición de boletines informando sobre el estado del clima, la viabilidad de realizar actividades de contacto con la naturaleza en ambiente seguro y por supuesto conocer las alternativas para las restricciones que se ocasionen por el evento invernal. No menos importante resulta las consideraciones de tipo vial, las noticias de derrumbes, cierres parciales, pasos restringidos, igualmente inciden en las decisiones de viaje. Si bien, el panorama anima a la previsión y la prudencia, despierta el interés por los planes mixtos, esto es, combinar el recogimiento espiritual con las salidas a destinos cercanos al entorno del habitual sitio de habitación, toma importancia el turismo rural, las fincas son ideales para los pasadía, por fortuna esta oferta experimenta un crecimiento importante en servicios, especialmente en alimentos típicos locales, pero también en recorridos cortos por cafetales, cacaotales, y recientemente han surgido tres actividades, la apicultura, la piscicultura y el faenado de ganado, incluido el conocimiento de las actividades complementarias con búfalos. Sin desconocer que desde las fincas se pueden realizar recorridos a centros artesanales, históricos y arquitectónicos.
En suma, la situación es compleja, pero, pone a prueba nuestra creatividad, especialmente el conocimiento de la geografía turística de los territorios cercanos al lugar de residencia, incluido por supuesto, el conocimiento de los centros urbanos tan ricos en patrimonio turístico, pero, tan desconocidos por sus propios vecinos. La idea es descansar, crear condiciones de comunión espiritual y reconocer nuestro entorno cotidiano.