La Nación
Sombrío panorama nacional 1 3 mayo, 2024
COLUMNISTAS

Sombrío panorama nacional

 

Marcos Silva Martínez

Todo ciudadano debe interesarse por conocer, qué hacen las personas que ejercen el poder político-administrativo.

En una democracia, quien ejerce el poder, lo hace  por delegación que hacen  los ciudadanos, cuando depositan el respectivo voto. Bajo estas condiciones, el gobernante debe responderle a  sus electores, tratando siempre lograr lo mejor, con toda decisión y acciones durante el ejercicio del poder.

Los gobernantes no son los dueños del patrimonio y presupuesto públicos, de su respectiva  jurisdicción de poder. Son delegados (elegidos), para que ejerzan el poder.

Es sabio decir y proceder, bajo el principio de que lo ajeno debe manejarse con más esmero que lo propio.

Todo ciudadano debe ser consciente  que para que se cumpla ese principio, tiene que seleccionar el mejor candidato. Mejor en todos los sentidos.

El candidato, debe disponer de conocimientos académicos y experiencia de vida (no solo diplomas) y demostrar que conoce toda la problemática,  de la jurisdicción que se propone gobernar. Que ha analizado esa problemática y que puede plantear soluciones y demostrar cómo la puede solucionar.

Por esa razón, todo ciudadano debe participar en el debate electoral. Indagar sobre las calidades humanas de cada candidato.

El desastre político-administrativo a que ha sido sometida la nación, es consecuencia de la indiferencia ciudadana y de la  irresponsabilidad social y política de los elegidos, generalmente dominados por la codicia  del poder, considerado como oportunidad para alcanzar objetivos exclusivamente  personales, en muchos casos típicamente perversos. Condición válida también para quienes son nombrados en posiciones de jurisdicción y mando.

Al finalizar el año, los ciudadanos deben analizar las realizaciones de los gobernantes y calificar su gestión de gobierno, especialmente cuando estamos ad portas de eventos electorales.

En  Colombia, predomina la indiferencia ciudadana, ante el desmadre del poder,  en todos los niveles de la actividad político-administrativa nacional. Los hechos y el atraso general, en todos los sectores de la gestión administrativa pública, lo demuestran.

A nivel nacional, haz  caos y anarquía institucional. Hay desgobierno  general. No gobiernan los más honestos y capaces, sino los de conciencia y criterios maleables, obsecuentes con los torvos objetivos de sus padrinos y tutores. Esa condición facilita privilegiar la satisfacción de intereses mezquinos de particulares y usufructuarios del poder,  en contra del interés socioeconómico  general.

Son condiciones que estimulan la corrupción, la inmoralidad, la politiquería y el clientelismo. Es la causa de que la corrupción se convirtiera en eje del poder político en Colombia. Circunstancia que coloca a la nación, ante perspectivas de estado fallido.

Son asuntos de orden social y político, que todo ciudadano debe conocer, analizar y sacar conclusiones, para no continuar cautivo de la trampa de los politiqueros de oficio, caracterizados por su irresponsabilidad ante sus electores y las generaciones  futuras, respecto al desarrollo socioeconómico nacional mínimo requerido y posible, el cual, hasta el presente es desastroso, aunque los áulicos del gobierno de turno, lo presentes promisorio.