La Nación
COLUMNISTAS

Todo lo del pobre es robado

Un gran escándalo en el Huila generaron sendos artículos aparecidos en el diario El Tiempo y la revista Semana del domingo 9 de junio en los cuales se relaciona el surgimiento del ambicioso proyecto turístico “Huiláfrica Salvaje” y el auge de la industria piscícola en el departamento y sus exportaciones a los Estados Unidos, con el asesinato de la jefe de auditoría y fiscalización de la Dian, Celia Escobar y generando una tendenciosa asociación con los proyectos ostentosos de la mafia hace unos años como el caso de la hacienda Nápoles de Pablo Escobar.
El artículo de Semana pertenece a Daniel Coronell, uno de los periodistas más prestigiosos del país, autor de numerosas y bien sustentadas denuncias contra la corrupción y la mafia e incluso contra el presidente Uribe y sus hijos por abusos del poder, autoritarismo y nexos con el paramilitarismo, que le ocasionaron oscuros amenazas contra su vida obligándolo a emigrar al exterior. Pero el mejor nadador se ahoga y en esta ocasión Coronell peca por ligereza en sus apreciaciones y por insinuaciones tendenciosas, sin la sustentación y bases probatorias a las que nos tiene acostumbrados.
Quienes conocemos el proceso de crecimiento de la piscicultura huilense, sabemos que su desarrollo es producto del esfuerzo, persistencia, tenacidad e innovación de empresarios medianos que han arriesgado sus ahorros en esta industria, han viajado por el mundo conociendo tecnologías de punta en la materia, y han tenido la audacia para crear sus propias tecnologías criollas como la de la de los jaulones en la represa de Betania que han incrementado su productividad. Esto debió investigarlo Coronell, confrontando sus sospechas fuentes, antes de hablar de “descomunal productividad”.
Si el autor del artículo de Semana hubiera visitado “Huiláfrica Salvaje” podría haber observado que se trata de un bonito proyecto de parque temático al que le ha faltado capital para su desarrollo. Quizá también le ha faltado una mejor gerencia. Por eso el estado de sus instalaciones no es el mejor, como tampoco el cuidado de los animales, la atención al público y los lagos de pesca carecen de la adecuada infraestructura para el negocio por lo cual son pocos los pescadores deportivos que lo visitan. Don Germán Garrido, propietario del establecimiento debería buscar los socios capitalistas que el proyecto requiere para poder convertirse en el mejor y más atractivo parque temático del sur colombiano, antes que los elevados costos de sostenimiento y la poca afluencia de visitantes terminen quebrándolo.