Monumental disparate de Petro al declarar el día cívico, un “papayazo” más a favor de la malévola oposición. Esta norma criticable por coincidir con su natalicio y la creación del M-19, y por su improvisación, no produjo los resultados esperados de crear un “puente” de tres días para atenuar protesta de opositores, al contrario, fue un ingrediente más para fortalecer dicha jornada.
Han sido varias las falencias petristas, una con tinte de torpeza fue la importación de carros recolectores de basura de segunda, esto le creó grandes dificultades como alcalde; otras han sido por ingenuidad al congraciarse con el Congreso sin lograr respaldo posteriormente para sus reformas, es el caso del apoyo a la exclusión de impuestos a ingresos elevados en su reforma fiscal; otras falencias se refieren a prepotencia e incumplimientos (no se disculpa), pero tal vez la falla más fuerte está relacionada con la cuestión ideológica al validar y ampliar la estrategia asistencialista y tolerar la reducción del trabajo formal y el aumento de la tortuosa informalidad, algo propio del neoliberalismo.
Lo anterior no implica que no esté intentando realizar reformas estructurales, pero las falencias están influyendo negativamente en su política social, especialmente en el caso de la salud.
De otra parte, es pertinente mencionar el texto, “Los verdaderos dueños del país” de Julio Silva quien denuncia los mecanismos mediante los cuales un grupo de familias se apoderaron de las principales empresas financieras, productivas y comerciales, asunto que guarda analogía con los actuales oligopolios de la salud.
¿Quiénes son los principales accionistas de Caracol y RCN?, los mismos de las EPS, del sector financiero y grandes empresas; entonces es entendible la furia y el poder al oponerse a cambios sustanciales, con artimañas; continuamente se pregona, aprovechando el desconocimiento de las mayorías que el sistema de salud público fue un desastre.
Aunque tenía problemas, existía una red completa de puestos de salud y hospitales públicos que atendían al personal informal e independiente gratuitamente, y a empleados formales se les descontaba solamente el 5% para salud y pensión, actualmente se le cobra al trabajador independiente 32% de aporte mensual; han recortado servicios y los cobran en planes complementarios costosos, pagables por unos pocos.
No están dispuestos a renunciar a la administración del jugoso presupuesto de salud; argumentan que los presidentes de las EPS son unos genios y de ahí sus salarios astronómicos. Temen que Supersalud que ya no está bajo su control podría obstaculizar el manejo de la billonada que representa el pago de la alta burocracia de 25 EPS, no se entiende por qué el Gobierno no aprovecha ese papayazo y divulga la altísima suma que implica el funcionamiento del grupo EPS y ACEMI.
La suerte de las reformas requeridas es incierta dadas las falencias petristas y el poder, la voracidad y el cinismo de la oposición; podría ocurrir que el Gobierno colapse y este suceso se daría no tanto por prepotencia, ingenuidad, improvisación o ideología, sino principalmente por torpeza oficial. Análogamente Nicolás Petro podría ser condenado no tanto por la corrupción, pues esto es habitual en todos los grupos políticos sin que sea castigada, sino por bruto al cometer estupideces infantiles.