La Nación
COLUMNISTAS

Un caso perdido

Ante la imposibilidad de votar el domingo por los federicos para gobernación de Antioquia y alcaldía de Medellín, decidí crear mi propio movimiento político de garaje.  Dejaré sentadas bases mínimas de mi plataforma “de cara” al futuro. Desde ya lanzo mi candidatura a la alcaldía de la Ciudad de hierro.

Para darle respiración boca-boca al incipiente e insipiente movimiento propongo un animado Toconvel: Todos contra Luis Carlos Vélez, y un festivo Hegconlu: Hasta el gato contra Luis Pérez.

Como se trata de un colectivo serio, pobre pero honrado… en horas de oficina, es tarde para sugerirles a los candidatos Salazar y Rico, que se amangualen porque de otra forma “nos” vuelve hilachas el exdirector de la Aerocivil, serio, organizado, incapaz de convertirse en ventrílocuo de sus tutores ideológicos. Dicen.

Como candidato presento mi declaración de renta. Así sea más erótico atravesar una cebra o jugar yo-yo que leer dicho documento.

En mi grupo, la sonrisa fácil, cautivadora, enigmática, a lo Mona Lisa, será una constante. Nada de darle solo una oportunidad cada cuatro años a los músculos faciales que encarnan la alegría.

Prometo – verbo mentiroso, el preferido de nosotros los “políticos”- gobernar con sonrisa de oreja a oreja. Ahora, si me levanto con el ánimo que de pronto me visita los sábados entre dos y tres de la tarde, me pondré a ver películas de Chaplin o Cantinflas para no meter las extremidades.

Pido disculpas a mis imposibles electores si no me aprendo nombre y ADN de todos ellos, el de sus parejas y demás amigos y familiares hasta la vigésima generación. La culpa es el señor Alzheimer que empezó a hacerme “bullying”.

Suena exótico pero el alemán se niega a liberarme de poemas como el Brindis del bohemio y el Seminarista de los ojos negros que siguen ahí, imperturbables, estorbando.

(Herr Alois: le prohíbo que borre de mi disco duro poemas necesarios de Borges y Lugones, Robledo Ortiz, Quevedo y Villegas, Alberto Ángel, Vallejo y la “Admonicación a los impertinentes” de De Greiff).

En un gobierno mío, los periodistas podrán soltar el rollon sin cortapisas. No los haré perder su tiempo en los juzgados como les ha tocado a varios de ellos por cuenta de un colega ajedrecista, delgado como un alfil en tres torres. (“¿Su nombre? Sí lo sé, mas no lo digo”. Sus apellidos son Pérez Gutiérrez).

Olvidaba el eslogan del grupo: Lo imposible lo hacemos ya, lo posible lo dejamos para otro día. (Aunque pensándolo mejor, retiro mi candidatura. Como político soy un garufa, un caso perdido). (www.oscardominguezgiraldo.com)