La Nación
COLUMNISTAS

Un falso irenismo

El irenismo como actitud pacífica y conciliadora, bienvenido. Esta posición abierta, sobre todo en el Occidente, se ha aprovechado por los grupos fundamentalistas de todo pelambre, para irse imponiendo. Mañana vamos a resultar huéspedes en nuestra propia casa. ¡Qué horror! Toda la literatura que a raíz de la revolución francesa –producto de la corrupción de la llamada ‘nobleza’-, se sintetizó en la tripleta de los Derechos Humanos: Libertad, Igualdad y Fraternidad, ha enriquecido a la humanidad. Todo ello llevó a la humanidad, después de las dos conflagraciones mundiales –vergüenza del hombre-, a la elaboración de la Declaración de los Derechos Humanos, firmada por nuestro gobierno en diciembre de 1948. ¡Enhorabuena esa cultura!

Si bien, hemos evolucionado mucho en materia de Derechos Humanos; se contrasta con un crecimiento de los fanatismos étnicos, políticos y religiosos. Pareciera que el mundo, en algunos aspectos culturales, involuciona. Yo veo el falso irenismo como la actitud pacífica y cómoda de no contradecir nada y de aceptar las posiciones de los otros -sobre todo provenientes de culturas exógenas-, sin ningún sentido crítico. Con la atrayente actitud de apertura y respeto por todos, nos estamos dejando irrespetar. Lentamente, vamos perdiendo nuestra identidad cultural. Ya, en nuestro colectivo social, se ha sacado a Dios y hoy juramos, no en nombre de Él, sino de una Constitución, que por respetable que sea, es obra de los hombres y, por lo tanto se puede cambiar. Dios es el único Absoluto, el único Inmutable. Los hombres somos mutables, cambiamos fácilmente.

Presento un aparte del discurso del primer ministro de Australia, Kevin Rudd, que en el 2010 dijo lo siguiente frente a los integrismos, fanatismos y fundamentalismos de un buen grupo de musulmanes que llegaban al país: “Son los inmigrantes, no los australianos, quienes deben adaptarse. O lo toman o lo dejan. Estoy harto de que esta nación tenga que preocuparse si estamos ofendiendo a otras culturas o a otros individuos. Nuestra cultura se ha ido desarrollando durante dos siglos de luchas, tribulaciones y victorias por parte de millares de hombres y mujeres que buscaban libertad. Hablamos principalmente inglés. De modo que si usted quiere formar parte de nuestra sociedad, aprenda nuestro idioma. La mayoría de los australianos creen en Dios. Esto no es una posición cristiana, política o de extrema derecha. Esto es un hecho, porque hombres y mujeres cristianos, de principios cristianos, fundaron esta nación. Si el Dios cristiano le ofende a usted, le sugiero que considere vivir en otra parte del mundo, porque Dios es parte de nuestra cultura. Aceptamos sus creencias y sin preguntar por qué. Todo lo que pedimos es que usted acepte las nuestras, y viva en armonía y disfrute en paz con nosotros. Éste es nuestro país, éstas son nuestras costumbres y estilo de vida. Si no aceptan nuestras creencias, aproveche otra de nuestras grandes libertades australianas, EL DERECHO DE IRSE. Si usted no está contento aquí, entonces váyase. Nosotros no le obligamos e venir aquí. Así que ya es hora de que acepten el país que les acogió”. Los comentarios se los dejo a usted.
*Obispo de Neiva.