La Nación
COLUMNISTAS

Un misterioso mercado laboral

Si hay un tema que Colombia tiene que entender a cabalidad es lo que realmente está sucediendo en el mercado laboral del país. Sinceramente, aquellos que no limitan el estudio sobre lo que pasa con el trabajo en nuestra sociedad a las cifras oficiales, están llegando a la conclusión de que la real situación de la población en edad productiva es un verdadero misterio. La tasa de desempleo ha bajado y eso no se puede negar a pesar de que siempre ha existido la duda sobre la definición de ocupado que se utiliza en las encuestas. Sin embargo, el verdadero tipo de trabajo que se está generando en Colombia es un verdadero misterio.
 
Según el Gobierno, aumenta el trabajo formal y disminuye el trabajo informal. La duda que debe aclararse es si el hecho de que más trabajadores paguen seguridad social es la medida adecuada. En la misma administración pública proliferan los contratos de prestación de servicios cuyos beneficiarios tienen que pagar el total de los aportes al sistema, lo que no sucede con aquellos en nómina. Si estos trabajadores se consideran formales, entonces el mercado laboral tienen tres grupos: los que se contratan de acuerdo al Código Laboral vigente; los que trabajan en empresas formales públicas y privadas pero con quienes no se sigue lo que manda la Ley; y los informales que sería necesario redefinirlos –cero prestaciones sociales porque sus ingresos son aleatorios y no les permite contribuir al sistema, y condiciones laborales absolutamente precarias–. Esta distinción no se está haciendo sino que se asimilan los segundos, con contratos temporales, a los primeros de manera que aumenta el llamado trabajo formal con esta nueva definición y se reduce el informal. Sería muy interesante que la OIT se pronuncie sobre esta situación de los trabajadores colombianos.
 
Según el último boletín del Dane, "En el trimestre octubre-diciembre de 2014 (…) los sectores de mayor participación (en la creación de empleos) fueron: (i) comercio, restaurantes y hoteles con 27.2%; (ii) servicios comunales, sociales y personales con 19.3% y (iii) agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca con 16,4%". Es decir, 2/3, 63% aproximadamente de los nuevos puestos de trabajo, se generaron en sectores donde, obviamente con excepciones, se genera empleo que no cumple con todas las características del trabajo digno que tanto se pregona. ¿Cómo hicieron para afirmar con estos datos que creció más el empleo formal que el informal? Solamente pregunto.
 
El tema de fondo es, ¿qué tan formal es el empleo generado por el gobierno y por las grandes empresas, especialmente por las multinacionales? Si lo que sucede realmente es que se ha informalizado el trabajo que debería ser formal, es fundamental que el gobierno actúe pero que no lo confunda con la estabilidad laboral, que se debe caracterizar por la contribución del empresario a la seguridad social de sus trabajadores, el disfrute de vacaciones, y sobre todo, la estabilidad en el empleo, elementos claves del verdadero trabajo formal. Es hora de que se aclaren estas dudas para que el mercado de trabajo en Colombia no se sienta como uno de esos misterios que nadie –o mejor, muy pocos–, están dispuestos a explicar.
 
Si es el empleo la clave para mejorar la desigualdad, como afirma el Banco Mundial, más vale conocer la verdad sobre el tipo de empleo que se está generando en el país y no quedarse solamente con la tasa de desempleo. A propósito, tiene razón Mauricio Vargas en su columna: al mirar las cifras del DANE el desempleo en diciembre de 2014 aumentó; para el total nacional fue 8,7%, 0,3 puntos porcentuales más con respecto a diciembre de 2013, 8,4%.  Esta cifra preocupa, como lo afirma Vargas, porque diciembre es el mes en que, por lo general, se genera el mayor empleo. ¿Será por eso que se enfatizó la cifra anual? Es hora de que el Gobierno no ayude a aumentar el misterio alrededor del mercado laboral colombiano.