La Nación
Una humanidad deshumanizada 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Una humanidad deshumanizada

Froilán Casas Ortiz

Obispo de Neiva

¡Qué sofisma de distracción! Hoy se habla con un triunfalismo marcado por la soberbia de la ciencia, de edificios inteligentes, ciudades inteligentes y los magos de estas aplicaciones técnicas se veneran. Bueno, en casa de ciegos, el tuerto es rey: nos meten una cantidad de términos en inglés y con ello nos quedamos descrestados. Por favor, no nos postremos ante tanto “conocimiento”: aplique usted unos algoritmos que no son más que una secuencia de instrucciones para que el cliente conozca y aplique a su necesidad la información requerida, eso es todo. Por favor, usted no ha descubierto que el agua moja. Las máquinas se programan, no son inteligentes per se.

El único ser inteligente creado es el hombre. Estar on line, no es otra cosa que estar conectado, estar en línea para poder informarse. ¡Qué tristeza! Se acabó la relación personal, sólo máquinas programadas y qué horror, “inteligentes”. Usted ya no es persona, es un robot “programado”; usted no encuentra a una persona de carne y hueso, usted encuentra un programa en secuencia algorítmica. Se está mutilando y castrando al hombre. Si hay algo esencial como expresión netamente humana es la COMUNICACIÓN PERSONAL. Le estamos quitando el alma al hombre y lo estamos reduciendo a una máquina. ¡Qué atentado contra el hombre! Mañana, pagará las consecuencias: la salud mental cada día más deteriorada.

Millares de puestos de trabajo se han suprimido y, … las máquinas nos han limitado la comunicación personal. De qué nos sirven los llamados edificios inteligentes, ciudades inteligentes, si usted no existe como persona, existe como un código, usted no es reconocido, usted es seriado. ¡Tan olímpicos, qué ciudad tan enferma que estamos construyendo! Mientras haya gente con hambre y desempleada, no podemos decir que hemos evolucionado, más bien, hemos involucionado cultural y aún técnicamente.

Estamos creando ambientes de trabajo con resultados matemáticos muy elevados; sí, resultados sin alma. A usted ya no lo reciben en una oficina, todo se lo responde la máquina. ¡Qué soledad, no encontró a nadie! ¡Qué empresas tan ladronas! Mientras lo conquistan como cliente lo tratan con una finura inusual; cuando ya lo tienen cautivo, usted ya no es persona, usted es un código. ¡Qué malvados!  Todo on line y usted quedó en las mismas. ¿Cuándo será que la empresa esté al servicio del cliente como se cacarea hoy? Usted entra al sistema, por ejemplo, a una línea 8000 y lo pasan de Herodes a Pilatos y, finalmente se queda sin respuesta  su solicitud. ¿Ante quién se queja usted? El Estado deja inerme al ciudadano que paga impuestos, que trabaja de sol a sol.

Señor empresario, ¿por qué usted no rompe el nuevo paradigma y ofrece una empresa humana, donde el cliente sea la persona más importante? Empresas acogedoras en donde usted se sienta valorado, reconocido, se sienta persona. Eso es ser auténticamente cristiano.