CARLOS EDUARDO AMÉZQUITA
Me hubiese gustado escribir sobre el cambio climático y otras veleidades del momento; comentarles por ejemplo sobre el colosal Iceberg que se desmembró de la Antártida esta semana y empezó su viaje apocalíptico hacia el mar del sur, quizás en dirección a la Patagonia o al Brasil.
Un formidable bloque de hielo cuya extensión es superior a 5.800 kilómetros cuadrados, más vasto que New York, pesa alrededor de 1 billón de toneladas, el más gigantesco hasta ahora conocido ¿Qué sucedería si chocara contra el continente americano? Mire usted, “no es cualquier lagaña/de/mico”.
De otra parte, EEUU renunció esta semana a intervenir política y militar/mente en la cuestión venezolana ¿cuáles son los motivos para semejante despropósito?
Lo cierto es que mientras continúen los coqueteos de Trump con Rusia será más lejana la probabilidad de una intervención gringa en Venezuela, como muchos lo desearan. Bueno, “a Rusia lo que es de Rusia y al Cesar lo que es del Cesar” …dicen por ahí.
Trump no es amigo de promover dictaduras en el mundo pues este es un hombre de negocios, cocteles y mujeres exóticas, nada que ver con lo de Maduro.
Ahora, también es cierto que Maduro hábilmente firmó sendos convenios armamentistas con China y Rusia, antes del “rifi-rafe” con la “oposición”. Muy precavido el hombre. Al parecer habrá “chavismo/pa/rato” al contrario de lo esperado por la cada vez/más/menguada/ “oposición”.
Entre paréntesis: parece que el único aliado internacional de la “oposición” es el ex – presidente Pastrana quien busca reencaucharse hábilmente en este conflicto, de cara a las elecciones del próximo año.
Otrosí concluyente: El Presidente Santos buen estratega y estadista está en la jugada.
Otrosí innegable: El petróleo venezolano es un potente bono de seguridad del chavismo.