Jorge Luis Salcedo Restrepo
Creo que la mitad, si no más, de los colombianos que nos vemos afectados por las protestas y los paros de los diferentes actores laborales y no laborales, estamos ya aburridos, y, nos sentimos cansados de tener que tolerar el no poder llegar a trabajar porque atacan nuestros medios de transporte, o, cuando se nos impide que los alimentos (víveres, o, carnes) lleguen a los mercados tradicionales causando un aumento injustificado de los precios. De otra parte los trabajadores en general que movilizan toda la economía en mercancía de importación y exportación se ven obstruidos en las carreteras y en los puertos. Esos paros no sólo causan pérdida de dinero a la economía nacional, fomentando el desempleo a nivel de comercio e industria, sino que también afecta la salud de los colombianos, quienes no pueden asistir a los consultorios médicos ni hospitales a cumplir citas médicas para poder ser formulados, o, dársele sus respectivas órdenes.
Todo lo anterior es grave y delicado, pero lo que sí es inadmisible es saber que aquellos que se dicen ser promotores de la cultura y de la educación en el país (aquellos quienes mejores ingresos tienen por ser profesores), no les da pena ver como todos los monumentos históricos son saboteados, destruidos y pintorreteados. Da pena ver cómo quedan las ciudades después de las manifestaciones, y eso de echarle la culpa a la guerrilla del ELN me deja con dudas, pues los estudiantes de las universidades y los profesores saben quiénes son los que se tapan la cara y quienes fabrican papas-bombas, o, van con malas intenciones pero los ocultan, o, lo callan por ser muchas veces cómplices de esos sinvergüenzas.
Ya es hora de que enfrentemos con inteligencia pura a los rebeldes que producen daños en las manifestaciones. La policía sí debe actuar, pero lo más prudentemente posible, apresar a quienes “infraganti” sean culpables con pruebas fílmicas, si es posible. Pero lo que sí es más importante es que la violencia contra servidor público, los daños a la propiedad privada y tesoros arquitectónicos de las ciudades, sean castigados sin dejarlos en libertad a los 2 o 3 días.
¿Qué tal que todos los médicos del país entráramos en paro por no ser bien pagos, no tener aumentos por escalafón, como sí lo tienen los profesores?
¿Qué tal que la gente llegara enferma a cualquier hospital y nosotros los médicos les dijéramos a los directivos de la UTC, CTC FECODE, Policía, Ejército, Justicia, etc, etc que todo está cerrado y no hay servicio Ojalá esos destructores?, cuando pidan reajustes, se acuerden de nosotros los médicos que por ser humanos no dejamos morir a los inhumanos.
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