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Vivienda si, colados no

“Vamos a entregar vivienda totalmente gratis para los más pobres del país. Empezaremos con cien mil casas de interés social, en 24 meses, a título gratuito, aquellos con ingreso por debajo de 1,7 salarios mínimos. SILVIA CASTAÑEDA “Vamos a entregar vivienda totalmente gratis para los más pobres del país. Empezaremos con cien mil casas de interés social, en 24 meses, a título gratuito, aquellos con ingreso por debajo de 1,7 salarios mínimos. Con ese anuncio sorprendió el presidente Santos al informar sobre cambios en su gabinete comenzando por un nuevo Ministro de Vivienda. Sin querer ser aguafiestas, no es posible saber qué tan veraz resulte esta afirmación dado el momento que está viviendo el gobierno Santos. Pero apartándome de mi incredulidad, y creyendo que se trata de una política de Estado, la entrega de viviendas gratis por el Gobierno debe blindarse, para que no se cometan los mismos errores del pasado. En mi primer lugar es encontrar los mecanismos que garanticen que las casas lleguen a manos de sus legítimos destinatarios. Recientemente tenemos una historia por contar en las que se patrocinan subsidios o ayudas a favor de unos y terminan en manos de otros, como en el famoso caso de Agro Ingreso Seguro. Lo segundo es que quienes reciban estas viviendas las destinen para lo que son:  casa de habitación. Tristemente otra práctica común en nuestro país es que quienes reciben vivienda la pongan en arriendo o la comercialicen, como aconteció con muchas de las casas entregadas a los damnificados por la ola invernal. Y tercero, que no se preste como la gran hazaña politiquera de los mandatarios locales, quienes de manera habilidosa podrían enredar a los electores mostrando esta política de estado como su gran esfuerzo, haciendo camándula con avenarías ajenas para cautivar votantes. Por ahora  miremos a ver cómo el Gobierno va a conseguir  los  $4 billones, que no estaban presupuestados  para cumplir con la meta de construir al menos 250.000 unidades cada año, con las 100.000 que se propuso y que su entrega llegue realmente a personas afectadas por la ola invernal, desplazados, madres cabeza de familia afiliadas al Sisbén uno y personas de la tercera edad. Para que su política de vivienda sea de éxito y no una oportunidad para los colados avivatos.