Toda una alharaca, han formado algunos politiqueros sobre posibles construcciones de nuevas mega-represas en la parte sur del río Magdalena Toda una alharaca, han formado algunos politiqueros sobre posibles construcciones de nuevas mega-represas en la parte sur del río Magdalena, concretamente en el sitio llamado Pericongo y el Estrecho. Salvo algunas voces serias de unos pocos ambientalistas y líderes religiosos como el reverendo padre JaimeTobar, los demás solo quieren pescar en río revuelto. Cuando descubrieron la firma China que adelanta estudios a lo largo de nuestro precioso río, los politiqueros de izquierda y de derecha pusieron el grito en el cielo. Los primeros (izquierdistas), pretenden lanzar su plataforma para hacer sonar sus nombres para Cámara o Senado, y los segundos (derechistas), quieren apersonarse de una causa que no ha sido, ni será la suya. Algunos politiqueros de la derecha llegaron al extremo de auto-amenazarse, pretendiendo conseguir simpatía y unos pocos votos entre aquellos que les creen. Pero también hacen bulla para que las compañías extranjeras que construyen estos mega-proyectos, no solo les presten atención, sino que los inviten a “negociar.” Cuando les nominan algún ingeniero, generalmente familiar, o uno de sus mejores amigos, como la llamarada de hojas secas, se apagan. Algunos son más atrevidos y piden acciones de participación a cambio de su silencio cómplice. El departamento del Huila no tendrá más hidroeléctricas sobre el río Magdalena, por tres razones fundamentales. Primera: hoy ninguna comunidad permitirá que el río siga siendo objeto de ese tipo de proyectos. Los tiempos han cambiado y nuestro pueblo ha madurado lo suficiente para defender la soberanía de nuestra agua, flora y fauna. Segunda: la región de Pericongo no reúne las condiciones geológicas ni económicas para construir una empresa de esa naturaleza. Pensar en ese proyecto significa inundar la mayoría del municipio de Timaná, incluyendo el casco urbano. Eso tiene un costo económico muy grande que ninguna empresa se atreverá, siquiera planificar. Las fallas geológicas de esa parte de las tierras de Timaná, no son aptas para ser inundadas. Y tercera: nuevas investigaciones permitirán a corto plazo, perfeccionar nuevas fuentes de energías limpias, lo mismo que continuar generando electricidad sin utilizar el agua. De modo que en mi opinión, quienes pretenden hacer creer que nuestro río Magdalena se llenará de represas, no son más que falsos profetas y agitadores mediáticos. Eso sí, debemos estar alerta para impedir que nuestro río sea dado en concesión a compañías privadas para su explotación. Debe ser un no rotundo, y no como lo han afirmado los politiqueros de la derecha, que si le dan participación al departamento y municipios, entonces se puede “negociar.” Lamentablemente lo del Quimbo, hasta ahora, parece inevitable pero a futuro eso no se debe repetir.