La Nación
‘Que Dios lo perdone porque yo no’ 1 30 abril, 2024
INVESTIGACIÓN

‘Que Dios lo perdone porque yo no’

Con voz entrecortada, indignada y acongojada por la muerte de su hijo de 16 años, María Blair Herrera exige a las autoridades que se haga justicia. Con voz entrecortada, indignada y acongojada por la muerte de su hijo de 16 años, María Blair Herrera exige a las autoridades que se haga justicia. Afirma que sabe quién es el asesino y que el menor fue baleado a pocos metros de un CAI al norte de la ciudad. La hermana del fallecido, quien corrió en su ayuda resultó herida y se recupera en el hospital de Neiva. CAROLINA AMÉZQUITA CASTRO LA NACIÓN, NEIVA Un doble drama es el vivido por la familia Arce Herrera, hoy no solo soportan el dolor de despedir a un ser querido, asesinado a manos de delincuentes al norte de la ciudad el pasado domingo en la noche, también las heridas sufridas por su hermana, quien lo auxilió y pidió que no lo mataran; no fue escuchada, su hermano menor murió en sus manos. Las fuertes y constantes amenazas recibidas desde hace varios meses se hicieron realidad y terminaron con la vida de Anderson Arce Herrera de 16 años de edad, quien recibió dos impactos con arma de fuego cerca a su residencia en el barrio Luis Ignacio Andrade de Neiva. María Blair Herrera, progenitora del menor afirmó que en diferentes oportunidades puso la situación en conocimiento de los agentes de policía del CAI del barrio Alberto Galindo, e incluso que su hijo fue asesinado a tan dolo un par de metros de los uniformados. “Les decíamos que prestaran a atención al asesino que todo el tiempo amenazaba a mi hijo. Ellos lo vieron matar y no hicieron nada, se dieron cuenta que el tipo sacó el changón y se escondieron, no hicieron nada…”, expresó la mujer. Familiares, vecinos y amigos del menor fallecido señalan a un hombre conocido con el alias de ‘El Moco’, de ser el autor material del homicidio. “Se la pasa con un grupo de muchachos que viven por allá en ‘zona verde’ y siempre que veían a mi hijo era diciéndole cosas, amenazándolo y provocándolo, en varias oportunidades me dijo que ya estaba cansado de eso, que él no le había hecho nada a ‘El Moco’ y que no sabía porque lo buscaba tanto”, comentó la mujer. Amenazas cumplidas Anderson, quien también se sintió asediado en el colegio Gabriel García Márquez, donde cursó hasta tercero de bachillerato, se retiró de sus estudios para ‘evitar problemas’. “Hace ocho días me encontré con ‘El Moco’ y le dije que dejara en paz a mi hijo, a lo que me respondió que no me metiera con él, que lo dejara sano”, manifestó la progenitora al recordar las palabras soeces con que le habló el asesino. María Blair recuerda el tono retador y firme con que ‘El Moco’ le decía que iba a amatar su hijo. “Y si, hasta que lo cumplió….y no pudimos hacer nada”, expresó. ‘Estaban encapuchados’ El día del homicidio Anderson realizó con normalidad sus actividades habituales. “Nos levantamos, le hice desayuno, luego le pedí que me ayudara a hacer el oficio y así lo hizo. Como un amigo del barrio que cumplía años, en la tarde le compró un torta y estuvieron con los otros muchachos y la novia ahí en la casa de él hablando un rato”, afirmó la madre del menor. Posteriormente, Anderson y su grupo de amigos se sentaron a departir en la esquina de siempre, a unos metros del CAI. “Me dijo mami voy a arribita un rato, no me demoro”, dijo la mujer al advertir que estaba frente a su vivienda con su hija cuando pasó un grupo de siete muchachos que se cubrían la cara con las camisas. “Apenas los vimos cerramos las ventanas y le dije a mi hija que me fuera a buscar a mi muchacho porque de pronto me lo jodían… ella lo llamó al celular y le dijo que se quedara arriba, que habían unos encapuchados por ahí que querían hacerle daño. Uno de ellos amenazó a mi hija cuando miraba por al ventana, desde ahí supe que querían hacerle daño a mi hijito”, afirmó María Blair. La mujer relató que pasaron unos minutos y no escuchó nada, volvió a abrir la ventana y envió a su otra hija buscarlo para que juntos regresaran a la casa. “Ella salió y comenzó a llamarlo, cuando venían salieron los encapuchados del monte y le disparó un primer disparó en la espalda, mi hijo cayó al piso mientras los policías veían desde el CAI que pasaba”, dijo. ‘Murió en mis manos’ LA NACIÓN habló con Viviana Arce, hermana del fallecido y quien también resultó herida en medio del ataque. La joven, quien se recupera en su vivienda tiene grabada en su memoria las imágenes desgarradoras y tristes, minutos antes de que su hermano falleciera. “Mi hermanito cayó al suelo con el primer disparo, yo corrí a ver que le había pasado y le decía: Papi, papi, despiértese, ¿que le pasó papi?, él solo abrió los ojos, trataba de decirme algo pero no podía”, afirmó la angustiada hermana al recordar los trágicos momentos. Segundos después y con la cabeza de su hermano en las manos, el asesino se acercó nuevamente para cumplir con sus amenazas. “Se paró bien al lado y le apuntó en la cabeza con el changón …con la novia de mi hermano le suplicamos que no lo hiciera, pero no nos escuchó y lo remató en mis manos”, relató la aturdida joven de 24 años de edad. Uno de los perdigones del changón terminó en el dedo pulgar de la joven, quien fue trasladada al hospital universitario de Neiva. “Yo solo veía la cara de mi hermano, no sentí dolor ni me había dado cuenta porque había mucha sangre… le destrozaron la cabeza”, narró la joven horrorizada. Anderson Arce falleció en el hospital minutos después de su ingreso, mientras su hermana perdió el dedo pulgar de la mano derecha. Ayer familiares y amigos del joven velaban su cuerpo en el barrio Luis Carlos Galán, sus exequias se cumplirá hoy en el trascurso del día. ‘Que se haga justicia’ Con el corazón en la mano por la pérdida de su hijo, María Blair Herrera exigió que se haga justicia para que la muerte de Anderson no quede en la impunidad como ha pasado con otros casos en el sector. “Que mi Dios lo perdone pero yo no lo perdono jamás, este dolor que siento hoy es insoportable, es un tipo que no tiene corazón, sobre todo que tiene una hija y no valora la vida, no valora nada, no tiene sentimientos…”, dijo la mujer. Por su parte el coronel Juan Francisco Peláez, comandante de Policía Huila, manifestó que las investigaciones avanzan a buen ritmo y que ya se tiene fuertes indicios del presunto homicida. “Hay unos señalamientos claros pero estamos recogiendo las pruebas suficientes para que se haga el proceso como es debido. Lo demás hace parte de la investigación y no podemos revelarlo”, manifestó el Comandante. ‘Los asesinos están libres’ La comunidad del barrio Alberto Galindo hace un llamado a la administración municipal y autoridades policiales para que retomen el control y reine la seguridad en el sector. “El próximo fin de semana vamos a tener un consejo de seguridad en la comuna por petición de la misma comunidad, debido a todos loe hechos violentos que se registran aquí, homicidios, atracos a plena luz del día, entre otros”, expresó Dolcey Andrade, presidente de la Junta de Acción Comunal. Asimismo, el líder comunitario manifestó que frente al problema de delincuencia juvenil deben tomarse medidas ya y contrarrestar el problema de la guerra entre pandillas con oportunidades de vida para los jóvenes. “Los asesinos están en la calle”, puntualizó. Fotos Ricardo Roldan ‘Que Dios lo perdone porque yo no’ 7 30 abril, 2024 La progenitora del menor pide al cielo fortaleza y sabiduría para afrontar la pena de su ser querido. ‘Que Dios lo perdone porque yo no’ 8 30 abril, 2024 Dolcey Andrade ‘Que Dios lo perdone porque yo no’ 9 30 abril, 2024 Anderson Arce