La Nación
¡A marchar! 1 30 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡A marchar!

El próximo 21 de abril está convocada una marcha para protestar en oposición a las medidas que Petro adoptó contra el sistema de salud tras caerse, en el Congreso, la reforma de este importantísimo sector; dejando en evidencia que es una crisis fabricada tal como Carolina Corcho y el mismo Petro lo anunciaron en su momento.

No obstante, creo que la motivación de la marcha debe ir más allá, pues, el tema en cuestión solo confirma que así como Petro fue el arquitecto de “el estallido social”, también indujo al sistema de salud a la actual crisis.

Lo que preocupa -y alarma a la vez- es que ya no hay lugar a la más mínima duda de que Petro no logró desmovilizarse mentalmente de la guerrilla y ha elevado la subversión a “método de gobierno”. Para desgracia del orden republicano, y tal como dice Santos, este es el ADN del hombre del M-19 que orgullosamente recuerda su pasado guerrillero y su presente en las filas de la “Primera Línea”.

Y como no sabe gobernar porque también ha dado muestras de no ser lo suficientemente competente para el cargo, se ha dedicado a subvertir el orden y a atacar a la institucionalidad vigente utilizando a la gente que lo sigue, o bien sea por ignorancia o, porque son abiertamente partidarios de la combinación de todas las formas de lucha. ¡La “Administración por Sobresaltos” en todo su esplendor!

Creo, en consecuencia, que la marcha del próximo domingo debe ser una protesta generalizada contra la trampa de apelar a la subversión a cambio de no saber gobernar. Y así diga todas las sandeces que repite sobre el arte de gobernar, Petro debe cumplir con el mandato constitucional que es administrar los intereses del país como tampoco se le puede seguir haciendo el juego a “la subversión institucional”, de la que habla el exmagistrado Arrubla Paucar.

Y menos que quiera, con las ínfulas de subintelectual que lo caracterizan, enredar al país con su particular acento para hablar y mandarlo, por la vía del golpe de Estado, a una constituyente.

Los colombianos deben salir a marchar para enviarle un mensaje claro al inquilino de la Casa de Nariño: la institucionalidad y la democracia se respetan. Y en virtud de lo anterior, no puede utilizar ni a la pobre gente que no tiene la menor idea de los temas de Estado como tampoco a su “Primera Línea” o a sus “barras bravas” a fin de ponerlas por encima de la Constitución y de la democracia.

La próxima marcha debe ser por las instituciones, el orden democrático y el sentido común. Es hora de que se ponga fin a los sobresaltos en la Administración, se exijan resultados de gestión pública y se evite la vergüenza internacional de tener a un miliciano digital que se hace pasar por estadista.