Los niños y docentes de la Institución Educativa ‘Eliseo Cabrera’ ya no soportan los malos olores que tienen que padecer cada vez que en Neiva llueve. Esta vez, por causa del torrencial aguacero que vivió la capital opita el pasado sábado, las instalaciones del centro educativo se inundaron totalmente impidiendo que los estudiantes pudieran recibir clases, solo hasta el día de ayer pudieron retornar, aunque deben convivir con el putrefacto olor.
Los padres de familia, tuvieron que ayudar a evacuar las aguas negras de la institución educativa. “Llegamos y no pudimos entrar, olía muchísimo a aguas negras, salían ratas del alcantarillado buscando como entrar, y entonces tomamos la decisión de parar las clases y esa fue la orden que se les dio a los niños. Estuvimos dos días sin dar clases, volvimos porque ya se secó y pudimos entrar. Los padres de familia con la aseadora, el fin de semana se pusieron a limpiar la escuela y luego vinieron los bomberos ayudando a lavar los corredores”, dijo la profesora María Eugenia Rojas Vargas.
Rojas Vargas, comentó que esta situación no es nueva, pues desde hace más de quince años padecen este problema que ha afectado en varias ocasiones la salud de los alumnos. “Llevamos ya más de quince años con esta situación, cada vez que llueve la escuela se nos inunda y es imposible el ingreso por cualquiera de los dos portones, las alcantarillas se rebosan y se llena de aguas negras, es imposible dar clases así en cualquiera de las dos jornadas y es peor en la tarde porque el sol hace que se aumente el mal olor”, expresó.
“Nunca se nos ha dado una solución verdadera, solo han sido ‘pañitos de agua tibia’, siempre que llueve se presenta la misma emergencia, las alcantarillas se rebosan y nadie hace nada. Les pedimos que hagan un trabajo digno para nuestra institución para que no volvamos a pasar por esta situación tan lamentable”, agregó.
Son 500 estudiantes los que se ven afectados cada vez que llueve.” Hemos hecho gestiones con las entidades competentes y aun no se soluciona nada. Los niños se han enfermado, es imposible trabajar con ese olor a podredumbre y los padres de familia, por eso evitan enviar a los niños cuando está la escuela en estas condiciones, incluso hemos tenido casos de dengue. Estamos cansados de esperar soluciones de verdad, rápidas y definitivas”, finalizó la docente.
