Cuando se indaga a las personas que compartieron en vida con el maestro Alfonso Orozco, la tristeza en forma natural aparece en cada rostro. Pero avanzadas las conversaciones surge la alegría en medio de cada remembranza y no es para menos, la gente recuerda a Orozco como una persona apasionada y entregada en cada faceta de su vida.
El maestro nació el 28 de septiembre de 1956 en Neiva, desde muy joven se inclinó por el arte y se dedicó a impulsar grandes procesos culturales de predominancia en Neiva.
“Siendo un joven, Alfonso se fue a estudiar su bachillerato a Bogotá. Allí fundó con dos compañeros un grupo de teatro llamado Los Tres Mosqueteros. Luego de culminar sus estudios regresó a Neiva e ingresó a trabajar en la Universidad Surcolombiana, donde dirigió el grupo de teatro Theus. A la par, fundó con otros pedagogos el Colegio Ceinar, fue parte vital de ese proyecto y sentía mucho orgullo por eso”.
“Más adelante se fue a Europa a estudiar Teatro en Francia en la Escuela Internacional de Teatro de Jacques Lecoq, luego de dos años regresó a Neiva. Volvió a la Usco e inició su carrera artística haciendo montajes teatrales, obras de teatro y puestas en escena; luego ejerció como director de Extensión Cultural de la universidad y gestó procesos muy importantes”, expresó Luz Marina Barrios, su incansable compañera de trabajo.
El formador
Pero como a su primer regreso, en esta oportunidad Orozco continuó apostándole a proyectos magnos y creó la Fundación Cultural Casatheus, espacio de formación teatral para muchas generaciones de neivanos y huilenses y que este año cumple dos décadas.
“Como fue un hombre de grandísimos sueños, a Alfonso el mundo le quedó pequeño, él era un soñador y necesitaba un espacio más grande que la universidad. Conformamos Casatheus, que se convirtió en la primera sala de teatro del Huila y el surcolombiano, allí iniciamos varios procesos. Uno era la formación de públicos. Trajimos espectáculos de nivel nacional e internacional”.
“También se inició la escuela artística de formación en teatro, danza y plástica para niños y jóvenes, pues otro interés grande de Alfonso era la niñez. Con Casatheus logramos crear una red de amigos, hicimos público porque en Neiva no había mucho que hacer y Casatheus cautivó a la gente. En 1995 se incendió nuestra sede, pero ese hecho no logró detenernos. Recorrimos todo el país con proyectos de capacitación y formación artística”, agregó Luz Marina Barrios.
El amigo
En medio de los avatares propios del oficio, Alfonso siempre expresó una absoluta devoción a sus amigos. Siempre tenía para ellos un verso, una sonrisa, una palabra.
“Era de una gran sensibilidad, alcahuetería y solidaridad con sus amigos. Siempre quería celebrarles los cumpleaños, acompañarlos en la enfermedad, compartía los proyectos. Era un hombre muy culto, un caballero. Era muy poético y eso iba en concordancia con su ética y su estilo de vida, un caballero absoluto”.
“Vivió intensamente, siempre recitaba un verso de Borges que dice: ‘La vida está hecha de buenos momentos’. En los cumpleaños como no sabíamos cantar, nos inventamos las ‘poenatas’ en vez de serenatas. Preparábamos la lectura de poesía, llegábamos a la ventana del amigo y recitábamos. Le encantaban esos rituales de celebración, siempre decía que había que celebrar algo”, mencionó Luz Marina.
El padre
Otra de las facetas en las que Alfonso siempre correspondió fue en la de padre. Sus hijas Talia Nausika, Melissa y Eva Juliana, así lo recuerdan.
“Mi papá fue una persona maravillosa, siempre con su teatro y su canción educándonos a mis hermanas y a mí, dándonos todo el amor que pudo, dio todo por la lucha de los derechos de los niños, siempre tuvo claro que la cultura es algo muy importante para la ciudad, para que los niños tuvieran oportunidad, porque el teatro es algo hermoso. Mi papá es sinónimo de teatro y lo extrañaré toda la vida, así como a mis hermanas y mis sobrinos. En adelante tenemos un angelito que nos va a cuidar, lo amamos, fue el mejor papá del mundo”, expresó su hija menor, Eva Juliana.
“Fue un gran papá, sus tres niñas eran lo primero en la vida. Era un amante de sus hijas, era un gran abuelo, un excelente compañero de su esposa Marta Cristina, la amaba. Se levantaba todos los días y decía que estaba enamorado de la vida, de su señora y sus hijas”, agregó Luz Marina Barrios.
Por último, su compañera de lucha expresó la tristeza que representa para el sector cultural la partida de Orozco.
“Alfonso deja el silencio en la escena teatral del Huila, un silencio que se llenará de mucha música, cuando estemos todos juntos con él. Casatheus no seguirá, no se puede, Casatheus se va con Alonso Orozco”, puntualizó Luz Marina Barrios.
Actualidad
Alfonso Orozco estaba radicado en Neiva con su esposa Martha Cristina Rincón. En la actualidad combinaba su labor como gestor cultural con su trabajo de formación artística en Casatheus.
Asimismo, se desempeñaba como presidente del Consejo Territorial de Planeación de Neiva, hacía parte de la Red Colombia de Productores Culturales y era presidente de la Red de Organizaciones Culturales por la Infancia. Recientemente había recibido su grado como Licenciado en Teatro de la Universidad del Valle.
Hace seis años le había sido diagnosticada una diabetes, enfermedad frente a la cual mantenía sus cuidados. Hace un año había presentado un episodio crítico, pero logró reponerse y se encontraba estable de salud, así lo expresó su hija Eva Juliana.
La noche del domingo pasado, luego de retornar del Encuentro Nacional de Consejeros Territoriales de Planeación que se realizó en Leticia (Amazonas), se encontraba en la ciudad de Bogotá compartiendo con Eva Juliana, cuando la muerte lo sorprendió.
“A él le habían diagnosticado una diabetes, pero era juicioso con ese tema. Todavía no sabemos con certeza la causa de su muerte, pero lo que nos han dicho hasta ahora es que podría tratarse de un coma diabético. Estábamos en mi apartamento compartiendo y todo fue muy repentino, de un momento a otro se puso mal y falleció”, comentó Eva Juliana Orozco.
Pierde la cultura
Según sus allegados, con el fallecimiento de Orozco, la cultura de Neiva y el Huila pierde un hombre determinante en la consolidación de los diversos procesos.
“Alfonso siempre fue un visionario, lideró muchos de los procesos culturales en Neiva. En teatro se tienen que ir dando poco a poco los diversos roles, escritores, creadores, técnicos, actores y se suele dar muy poco, quienes lideren los procesos de gremio, de movimiento, que es el caso de Alfonso, que uno de sus mayores aportes fue coadyuvar a que la imagen del teatro en realidad tenga una proyección hacia el futuro”.
“Entregó su vida al oficio teatral, en una región árida para las artes, para la imaginación y gracias a él se conquistaron muchos de los espacios que actualmente las nuevas generaciones pueden gozar como los festivales y los nuevos espacios para la cultura”, explicó Álvaro Gasca, director de Casateatro y amigo personal de Orozco.
“Se pierde un gran pensador, él soñaba una Neiva diferente, tenía cantidad de proyectos escritos sobre cultura ciudadana. Alfonso dejó una huella, pues a partir de Casatheus varios artistas lograron independizarse y crear sus propias organizaciones. La escena teatral pierde muchísimo. Alfonso hizo mucha producción teatral, no vamos a volver a tener esos montajes increíbles”, agregó Luz Marina Barrios.
Exequias
Las exequias del maestro Alfonso Orozco se realizan desde ayer en la Funeraria Los Olivos de Neiva. Su cuerpo reposa en la sala 301 del lugar, hasta donde han llegado sus amigos y allegados a darle el último adiós.
Hoy se realizarán las honras fúnebres a las 3:00 p.m. en la iglesia de Camponúñez. Posteriormente su cuerpo será cremado y sus cenizas serán arrojadas al río Magdalena, manifestó Luz Marina Barrios.