La Nación
EDITORIAL

Año de la paz

Los diálogos de paz, iniciados el 19 de noviembre del 2012, hace tres años, marcaron un derrotero definitivo para poner fin a medio siglo de confrontación armada. Las conversaciones entre representantes del Gobierno y los principales voceros de las Farc darán frutos en este año que comienza. Esa fue la noticia del año en Colombia.

El histórico apretón de manos entre el presidente Juan Manuel Santos y ‘Timochenko’, el 23 de septiembre en La Habana, fue la señal inequívoca de los avances que se han logrado, pero, ante todo, la madurez que logró, pese a las polémicas obvias que se suscitaron en el equipo negociador. Y así tenía que ser.

Los temas abordados, en total reserva, no han sido fáciles. La complejidad del conflicto implicaba por supuesto, soluciones complejas, para poder cimentar las bases y asegurar una paz duradera.

Pese a la discreción que se notó ese día, el histórico apretón, propiciado por el presidente cubano Raúl Castro, revivió la certeza de un acuerdo definitivo y restableció la confianza entre los colombianos escépticos. La misma sensación se logró al firmar el acuerdo sobre justicia transicional.

El acuerdo anticipado rompió el hielo, generó expresiones de alivio entre las partes y aplausos entre los países garantes y delegados internacionales. Hechos inéditos en las conversaciones de paz que se han intentado, pero ante todo, hechos reales que han permitido cristalizar esos avances y que abrieron el camino hacia un escenario de posconflicto.

La tregua unilateral, la cesación de las hostilidades, el desescalamiento del conflicto armado, los avances en desmantelamiento de minas antipersona, artefactos explosivos improvisados, municiones sin explotar y restos explosivos de guerra han alimentado ese nuevo escenario. El país ha tenido en esta última fase un alivio en término se orden público.

Aunque se mantienen las operaciones de control en las zonas tradicionalmente ocupadas por grupos ilegales, el país, especialmente rural, ha respirado un nuevo ambiente.

Todo este escenario garantiza que este año que comienza se firmará el acuerdo definitivo, que permitirá el desarme de las Farc, su reintegro a la vida civil y el desmonte de las estructuras. Un tema complejo, sin duda, pero que tendrá que darse. Y vendrá, otro igualmente espinoso pero necesario, la refrendación popular de los acuerdos. La campaña está lista y debe arrancar mañana para blindar jurídicamente los acuerdos de La Habana.

Y para rematar, el Eln anuncia también la posibilidad de iniciar en breve los diálogos con el gobierno, conservando la misma metodología. Con razón, el papa Francisco, volvió a invocar la paz en Colombia.

“El acuerdo anticipado rompió el hielo, generó expresiones de alivio entre las partes y aplausos entre los países garantes”.

 
EDITORIALITO

Comienza un nuevo año. Alcaldes y gobernadores inician desde este viernes sus mandatos. Igualmente diputados, concejales y ediles, entrarán desde sus curules a enriquecer los planes de desarrollo. Ahí está el reto para todos.