La Nación
COLUMNISTAS

Asombrados en silencio

Para la gran mayoría de ciudadanos que acuden a la justicia, en procura de recibir lo que les corresponde, unos lo hacen por creer que todavía queda un rescoldo de administración de justicia, es decir, según las encuestas el 27% de ingenuos ciudadanos llamados los de ruana, esos de hacha y machete; otros, que corresponde al 83% que aunque no tienen confianza en las decisiones judiciales, acuden porque los hacen concurrir, llámense demandados, testigos, etc., y otros, que creyendo tener un derecho muy discutible, aspiran con el dinero, intrigas, tráfico de influencias, y todas las marrullas habidas y por haber, que incluye solidaridad de cuerpo, creen seguros en obtener por este medio su éxito personal.

Y la administración de justicia, facilitó lo que está pasando, porque el concepto de administrar justicia cambió fundamentalmente desde la constitución del 91, donde quedó consagrado la politización absoluta de la rama, cuando se estableció que la génesis de los magistrados reside en el congreso. Allí se claudicó. Ese concepto de que a la magistratura en sentido amplio, llegan los hombres probos, prohombres, inmaculados, verdaderos juristas, absolutamente cultos intelectualmente, no resentidos, hambrientos y sedientos de dinero, victimas y secuelas del narcotráfico que tanto mal le hacen todavía al país, y hoy en búsqueda de legitimación por el gobierno, el congreso y la fiscalía desde Cuba. Los vicios de la actual administración de justicia, no se arreglan vendiendo el sofá, ni acudiendo al congreso, que ha demostrado ser absolutamente incapaz de auto reformarse, que fracasó en reformar la justicia, la salud y la educación, que son cimientos de paz, que como están literalmente en el piso y en la práctica no existen, es esas condiciones, es un imposible jurídico, social y económico, hablar de paz, y que está a la vuelta de la esquina y que es irreversible. Gran sofisma de distracción. De ahí nuestra convicción de que lo de la Habana no es más que la legalización del narcoterrorismo y un escenario de lavado de dinero del narcotráfico, dicho además, por el Procurador Ordoñez. De ahí que el país, se encuentre indignado, prácticamente destrozado y aniquilado, de ver tanta alcantarilla administrando justicia. Todo esto se venía diciendo en voz baja, todo se sabía, que ha llegado el momento feliz de destapar esta olla podrida. Y no es Pretelt el florero de Llorente quien debe renunciar para seguir tapando la podredumbre, hay que seguir extirpando esos tumores cancerígenos de la corrupcion en la rama, en el congreso,  fiscalía y el gobierno. “Produce nauseas” decía Jean Paul Sartre.