La Nación
COLUMNISTAS

Ataque sin piedad a la tierra I. Por Obert Alejandro Ortíz R.

El pasado festivo, estuve en el Meta, no para asistir al festival de verano en Puerto Gaitán que a propósito se dio el lujo de traer a las mejores orquestas de talla internacional sin importar el precio, pues allí no saben qué hacer con el boom petrolero, o mejor con todas las compañías petroleras que tienen plata hasta para darle “pan y circo” al pueblo a pesar de la pobreza extrema que allí vive gran parte de la población, sino para corroborar a manera de inspección ocular, el impacto ambiental causado con la exploración y explotación de petróleo, especialmente, en todo lo que se ha popularizado como “Campo Rubiales”. Como Docente de política y legislación ambiental, el horror percibido por el “ataque sin piedad a la tierra” no podía dejarme sino perplejo. Mi recorrido en esta tarea involucró  Villavicencio, Pompeya, Puerto López, Puerto Gaitán y, por su puesto el desplazamiento hasta el llamado “Rubiales”, no sólo de observador en la vía principal y tal vez en carro para contar los cientos de enormes de carro tanques que diariamente llevan y traen crudo y los derivados en su proceso de explotación, ni para evidenciar la acultura que se está formando en la comunidad, ni para contar los muleros o aprender de sus conductas, ni para escuchar historias sobre lo que fue la influencia guerrillera o paramilitar o de bandas criminales, ni para ver las clases de contratistas, cooperativas o comerciantes, o los diversos turistas, etc., sino que mi objetivo era ingresar y apreciar las evidencias sobre la forma o procedimientos de exploración y explotación realizados sin piedad alguna (similares a los ataques de antaño de grupos al margen de la ley pero en contra de la población civil o el de las hormigas arrieras a una finca abriendo huecos) en contra de nuestra amada tierra y, también las acciones adelantas para mitigar el impacto ambiental causado. Personalmente, lo que ocurre en Gigante o con el Quimbo, no me eriza tanto la piel como dijera amparo Grisales, frente a las diferentes acciones para sacarle la sangre a la tierra a como dé lugar en esta geografía del país. Sísmica,  trochas con retroexcavadoras, maquinaria, remoción de escombros, construcciones, tala de árboles, etc., se realizan a toda marcha (contra reloj). ¿Donde están los ambientalistas?