La masacre cometida por yihadistas musulmanes hace unos días contra periodistas, caricaturistas y visitantes de la revista satírica francesa Charlie Hebdo en Paris hace unos días, le ha recordado al mundo que aún vivimos una época de bárbaros fanatismos religiosos, políticos y filosóficos, de verdaderas sectas fundamentalistas que creen tener la verdad absoluta y cuyos delirantes seguidores consideran realizar el más alto servicio a la humanidad, exterminando a quienes se les oponen o a quienes intentan ridiculizar o burlarse de sus mitos y símbolos sean ellos religiosos, políticos, patrióticos o filosóficos. Muchos de los que clamaron contra los terroristas musulmanes parisinos, lo hicieron desde una derecha mundial tan fundamentalista y perversa como el de los extremistas musulmanes. Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional Francés al igual que la extrema derecha del Partido Republicano en Estados Unidos, consideran que la civilización occidental ha sido víctima de un inmenso desafío que debe ser respondido con la guerra contra el Islam y en lo primero que piensan es en cerrar las fronteras, exacerbar la xenofobia e iniciar una nueva cacería de brujas como en la época de la inquisición.
Quiero compartir con mis lectores unas reflexiones del profesor universitario español Fernando de Obbaneja en su libro “Jesús y María, lo que la biblia trató de ocultar”, publicado por Ediciones B en el año 2006. Dice el profesor Obbaneja “Las religiones deberían ser factor de integración social, pero han creado sociedades enfrentadas entre sí por el mero hecho de no comulgar con las mismas ideas”. Más adelante expresa “Los fundamentalistas, tanto los religiosos como los políticos, están convencidos de poseer la Verdad (con mayúscula porque para ellos sólo hay una: la suya). En función de esa creencia matan y se dejan matar”. “Los fundamentalistas creen que luchan contra los enemigos de sus valores más sagrados, por eso la modernización, el pensamiento racional, pragmático, adaptable y científico no supone para ellos una liberación sino una intolerable invasión”… “Este terror al humanismo laico es tan irracional que conduce a la paranoia. Un ejemplo de ello lo tenemos en la visión paranoica de Estados Unidos (o quizá sólo de Bush y sus asesores) sobre la existencia de un <eje del mal> que trata de exterminarles, una gran conspiración a la que es preciso combatir con todos los medio legales e ilegales. También mucho países árabes creen que Occidente trata de eliminar el islamismo. No cabe duda que ambos están equivocados, pero es un error que nos puede llevar a la hecatombe. Camino de ella vamos si no se rectifica a tiempo.” En Colombia la extrema derecha uribista también se cree iluminada por su profeta para enfrentar el “eje del mal” en Colombia (las FARC) y en Latinoamérica (el castrochavismo) y por ese camino nos quieren llevar a una guerra eterna. Muy posiblemente desde la extrema izquierda exista un pensamiento similar. Son dos obstáculos para la paz que podemos y debemos derrotar.