La Nación
COLUMNISTAS

Bien y mal desde el poder

Todo político tras del poder, ofrece. Desde el poder es otro. Desde el poder puede y le es más fácil, hacer más mal que bien.

La mayoría de gobernantes, son defensores incondicionales de los grandes conglomerados industriales, comerciales y financieros. En los foros sociales, técnicos y ambientales, mundiales, regionales y locales, se pronuncian favorables con la defensa de políticas de desarrollo social y ambiental, pero el ejercicio del poder evidencia lo contrario.

En el caso colombiano, las irracionales y veleidosas ambiciones del gobierno, con la locomotora minera, encegueció al poder político y económico, con balance pírrico hasta el presente.

Legislan y gobiernan para beneficio de las grandes empresas. La pobreza y el desempleo siguen incólumes. Para reducirlos tienen que cambiar al Director del Dane, mentir y engañar con todo tipo de maniobras.

Los altos poderes y decisiones siempre favorecen a los poderosos.

Lo evidencia lo expresado por el actual Ministro de Minas y Energía, Amílkar Acosta. Este es un camaleón, embriagado con el poder. Lo contrario expresaba en sus columnas periodísticas, sobre minería y precios de combustibles. Decidió desconocer la voluntad del Constituyente Primario, en las consultas populares, sobre la no explotación de recursos naturales, cunado ponen en grave riesgo el abastecimiento de agua, a los ciudadanos. Invoca la constitución. Aparentó ser crítico sobre precio de combustibles. Hoy, ese señor, constituye peligro contra los intereses fundamentales de los ciudadanos. Es común entre ministros y altos burócratas. Ocurre con el de Hacienda, Salud, Educación, agricultura y el inefable congreso, etc. Sus esfuerzos los dirigen a defender los intereses del capital.

Igual ocurre con la desertificación de los suelos nacionales, la concentración de la propiedad de la tierra y la crisis del sector agropecuario. La presencia de Lisarralde en Minagricultura es una amenaza para las mayorías del sector.

La desecación de las fuentes de agua, es problema dramático de difícil reversión.

La deforestación y la concentración de la tierra, no comenzaron hace 10, 20 o 30 años. Son responsables, la estructura política de tenencia de la tierra y los sistemas de apropiación y explotación de la misma. El 0.4% de propietarios son dueños del 58% de las mejores tierras. Fue posible, hasta con alianzas con criminales.

La ley de restitución de tierras y reparación es imperceptible. La extrema derecha terrateniente, ejerce todas las formas de lucha para evitarla y desvirtuarla.

La esencia del poder sigue y seguirá igual si en las próximas elecciones votamos por los mismos.