La Nación
COLUMNISTAS

Buenas noticias

El miércoles pasado parecía ser un día normal, desde muy temprano viajando y padeciendo las inclemencias del clima sumado a las carencias en el criterio y sentido común de quienes administran el transporte aéreo en Colombia.

En algún momento revisé en el teléfono los portales de los periódicos y me encontré con dos noticias fuera de lo normal: Estados Unidos reanudaba relaciones diplomáticas con Cuba comenzando el desmonte del bloqueo y las FARC anunciaban una tregua unilateral e indefinida, volví a explorar por si se trataba de un ataque cibernético, pero a los pocos minutos confirmé que todo era cierto, buenas noticias sin duda.

Pasaron por mi memoria los momentos vividos en la isla, las calidades humanas de sus gentes, los avances en salud pública, las amanecidas en parranda, en fin todo aquello que hace de Cuba un lugar encantador y diferente. Recordé también su historia revolucionaria con Maceo, Martí y Fidel Castro. Entonces entendí que para los gringos el comunismo ya no es la amenaza de hace unos años y por eso sus esfuerzos se encaminaran hacia otro lado. Aun así es posible que el levantamiento del bloqueo haga tambalear el modelo socialista pero no el espíritu revolucionario de muchos cubanos que he conocido.

Luego pensé en la decisión de las FARC, es un paso osado declarar una tregua unilateral e indefinida en un país con tantos enemigos de la paz, pero a su vez es una señal inequívoca del avance del proceso en La Habana. El gobierno fijó su posición y es posible que vaya a ser difícil manejar ese tipo de alto al fuego, pero estamos mejor que antes, hace un año ni pensábamos sobre la cercanía del momento en que los subversivos hablaran de parar de una vez por todas el conflicto.

Repase otras noticias encontrándome con la masacre de niños en una escuela en Paquistán, los degollamientos del denominado estado islámico, los niños maltratados y abusados en Ciudad Bolívar en Bogotá, entonces comprendí que  estamos todavía lejos de vivir en paz y de desarmar los espíritus, pero aun así las dos noticias vislumbran un futuro mejor.

Aunque la oposición a estas buenas noticias desplegará todas las estrategias posibles para impedir que se consoliden hay motivos para el optimismo, por eso dormí más tranquilo el miércoles en la noche, porque además de haber dejado al “gran colombiano” y sus compinches sin discurso, hoy más que nunca tenemos la esperanza de poder ejercer el derecho de vivir en paz.
       garcia.francisco@javeriana.edu.co