La Nación
Caricaturas 1 3 mayo, 2024
COLUMNISTAS

Caricaturas

Piter Bonilla Díaz

La radiografía que versados analistas le han hecho a los distintos órganos del cuerpo humano de Colombia para detectar sus enfermedades, se ha convertido en las más variadas caricaturas.

No ha pasado un día desde que el “mimético” Juan Manuel Santos Calderón asumió la Presidencia de la República, por la confianza que mereció su nombre ante el país, al haber desempeñado destacados cargos en el sector privado; luego como ministro de tres mandatarios, y elegido Jefe del Estado con el inmenso  prestigio de su antecesor, que sus actos no hayan sido objeto de controversia por su oscura audacia buscando la tan anhelada paz, y la manera subrepticia como la fraguó con los principales terroristas de las Farc, a través de su hermano mayor, el conocido desde su “mamerta” juventud como el “guerrillerito del Chicó”, de que tanto he hecho alusión en este espacio.

Develada la entrega de la soberanía nacional, también por parte  de los comisionados para el efecto, y avalada por los congresistas sin moral, sin conciencia republicana y sin dignidad ante la insaciable atragantada de “mermelada”, uno de ellos, hastiado  de las mieles del poder desde la Vicepresidencia de la República, inicia el retiro de la espuria reelegida Administración, con el pecado de haber aprobado la pérdida del control estatal y de haber coadyuvado en ponerle a los  colombianos la soga asfixiante de los impuestos originados en el traidor y su secuaz Ministro de Hacienda.

Comienza, entonces, la desbandada de esbirros que ven con ojos de espanto el implacable cobro ciudadano en las urnas y el desvencijado Premio Nobel pierde el control de su “motorola” atortolado ante el rechazo popular, no solo en los sondeos de opinión, sino en los lugares visitados por el gobernante.

El Congreso que antes mayoritariamente se solidarizaba con las pretensiones del “Comandante Santiago”, empieza a darle la espalda al desesperado Jefe Supremo y mira avergonzado a los paladines de la democracia del mismo recinto, que bajo el liderazgo  de  Álvaro Uribe Vélez, había previsto la catástrofe  CastroChavista en Colombia.

Entonces, el  Centro Democrático, partido que se torna relevante por excelencia, se alista para conquistar, no solo las mayorías parlamentarias, sino la conducción  del Estado  con un variopinto de  candidatos de la Gran Coalición para la Restauración de Colombia.

Luego, con desbordado optimismo por el buen suceso comicial próximo, expreso mis indeclinables deseos a todos los sufridos compatriotas, un año distinto, despejado, próspero, con igualdad social y oportunidades para todos; así impere la real justicia y en consecuencia reine la paz.