Mi primer artículo de La Nación en el 2017 quiero dedicárselo al tema de la conectividad del Huila porque este es el más importante problema que debe resolver el departamento y con él toda la región Surcolombiana, para alcanzar su competitividad en un mundo globalizado como el actual. Mi opinión es que en esta materia antes que avanzar, retrocedemos. En el siglo XIX y comienzos del XX tuvimos navegación fluvial y el rio Magdalena fue la principal arteria para conectarnos con el mundo. Hoy, con la disminución del caudal del rio y la ausencia de obras de mantenimiento y mejoramiento de la vía, esta se halla casi desaparecida. Esto a pesar de que el transporte por agua es el más barato del mundo. El ferrocarril nos llegó en los años 30 del siglo pasado y prestó un buen servicio durante 40 años, pero lo dejamos desaparecer y después del fluvial, es la segunda forma de transporte más barato. Cuando llegó la carretera que nos comunicó con Bogotá hace unos 80 años, comenzamos a pensar que el verdadero desembotellamiento vendría con vías adecuadas a los llanos orientales por Colombia/La Uribe y por Neiva/San Vicente/Puerto Carreño. Esta sería otra forma de llegar al océano Atlántico a través del rio Orinoco y merecía además de la carretera, el ferrocarril. Para la conexión con el Pacífico, se proyectó Pitalito/Isnos/Paletará/Popayán y La Plata/Inzá/Totoró/Popayán. Después de muchos años de peticiones, súplicas y reclamos, se construyeron trochas a San Vicente del Caguán y las dos proyectadas a Popayán.
Pero no ha sido posible concluir la pavimentación de las mismas. En un país sin autonomía regional y donde el poder central acapara el 80% de los recursos financieros del Estado, estos proyectos de alto costo se hacen a cuenta gotas y sólo sirven para captar los votos de los provincianos cada cuatro años. A mediados del siglo pesado se construyeron en el departamento tres aeropuertos: La Manguita (hoy Benito Salas) en Neiva, el de Contadora en Pitalito y La Jagua en Garzón. De ellos sólo opera el Benito Salas y para naves menores. Quizá en materia de conectividad, en lo único que hemos avanzado un poco es en el servició de internet que se presta con regular calidad en los centros urbanos de los 37 municipios. Todas las fuerzas políticas, económicas y sociales del Huila, deberían unir fuerzas y hacer frente común para lograr que estos proyectos se ejecuten y prioricen por el Estado colombiano.