Históricamente nuestra capital del Huila ha sido considerada por propios y foráneos como una ciudad tranquila y como un buen vividero, todo un territorio de promisión. Sin embargo se ha venido modificando esta percepción ciudadana producto del caos y del desorden, condiciones que se están viendo limitadas en un aspecto fundamental: La movilidad.
En Neiva están registrados 77.132 vehículos, entre los cuales 54.271 son camionetas, automóviles, buses, maquinaria pesada y tracto camiones, de los cuales 22.861 vehículos se ven representados en motos, pero que en la realidad estas cifras son mayores, dado que se movilizan mucho más automotores de los que están registrados, porque provienen de otros municipios circunvecinos como Aipe, Tello, Rivera, Campoalegre, Palermo y Yaguará, los cuales estos pernoctan de día en la ciudad y contribuyen al aumento del tráfico vial.
La disminución del movimiento vehicular en Neiva se da en parte, por las obras públicas que se están desarrollando, de las cuales no me opongo y que son producto de la sustitución de las redes en saneamiento básico, intervención de la malla vial y trabajos complementarios al Sistema Estratégico de Transporte Público. No obstante, debe existir mayor planeación, de ahí que es imperativo que realice una mesa interinstitucional encabezada por la Secretaría de Movilidad, la Secretaría de Infraestructura, EPN y el SETP, para que se revise el Plan Vial de Transito, Plan de Manejo de Tráfico y el Plan de Contingencia Vial para mitigar los impactos que generan estas intervenciones y se fortalezca la cultura de seguridad en la movilización y la señalización, se revise la velocidad de operación, los derechos del peatón y el control del tráfico en las zonas de conflicto vial.
Basta con revisar sobre los cuatros puntos cardinales en el municipio de Neiva, en donde se evidencia un estrepitoso caos vehicular en horas pico, lo que hoy genera toda una pesadilla al movilizarse. En el Norte, hay diversos puntos neurálgicos como el de la Avenida 26 con Cruz Roja, en Luna Verde vía hacia el San Pedro Plaza, en la carrera 7 con calle 64, en la ruta hacia el Colegio público Claretiano y en la salida de Neiva por el Puente Santander, Tizón y carrera 6W. En el Suroriente, se presentan congestiones viales en la Avenida Max Duque, en la glorieta del Barrio Santa Isabel con carrera 15. En el Oriente, se observan “cuellos de botella” que van desde el Barrio Las Brisas en la Calle 8 y que llegan hasta la carrera 52 en inmediaciones del Conjunto de Reserva de la Sierra y ni quede decir el monumental trancón que se genera en la Avenida Buganviles, en Los Guaduales, que va hasta el ingreso del Barrio Las Palmas.
A estas problemáticas se le adicionan el deterioro de la malla vial, la fragilidad de la infraestructura semafórica que, esperamos pronto sea fortalecida y así, mejorar las condiciones de movilidad de los neivanos. Es hora de actuar.