Jorge Arango Osorio y su sobrino Luis Carlos Arango Cuervo fueron asesinados con tiros en la cabeza. Una llamada los llevó a la muerte. Jorge Arango Osorio y su sobrino Luis Carlos Arango Cuervo fueron asesinados con tiros en la cabeza. Una llamada los llevó a la muerte. “Llegaron Los Urabeños”, decía un panfleto encontrado cerca de una de las víctimas. LA NACIÓN, Neiva El campesino Jorge Arango Osorio y su sobrino Luis Carlos Arango Cuervo fueron asesinados con tiros de gracia en la cabeza, en zona rural del municipio de Campoalegre. Un panfleto firmado supuestamente por la banda criminal ‘Los Urabeños’, fue encontrado cerca de los cuerpos sin vida.
El doble homicidio ocurrió pasadas las dos de la tarde de ayer a un costado de la destapada carretera que de la vereda Bajo Piravante conduce al sector de Piravante Alto. Los cuerpos sin vida fueron encontrados a un lado de la vía por campesinos que regresaban a su jornada de trabajo en la vereda, que de inmediato dieron aviso a la Policía. Llamada de la muerte Arango Osorio, de 47 años de edad y su sobrino Arango Cuervo, de 31 años de edad, casados y con hijos, vivían en el barrio San Isidro Bajo en la Capital Arrocera del Huila, donde anoche la consternación y repudio se apoderó de sus habitantes. “Siempre se habían dedicado a la siembra de maíz, arroz, tabaco. No tenían amenazas”, señaló Martha Arango, hermana de Luis Carlos Arango. Una llamada fue el origen para que el tío y sobrino salieran de su residencia rumbo a “encontrarse” con la muerte. “Me dijo que se iba a mirar un potrero para la siembra de maíz. Me lo mataron Dios mío”, expresó en medio del llanto Karli Johanna Girón, esposa de Luis Carlos. La joven recordó que su compañero le manifestó, segundos antes de salir de la vivienda, que debía ir a Piravante. “Le dije que me llevara y no quiso. El señor que lo llamó le indicó que fuera a Piravante, que allá se veían”. Arango Cuervo salió a la cita en compañía de Arango Osorio, a bordo de la motocicleta Honda Storm, de placa KRW-79B, conducida por su sobrino. “Se fueron a hacer un contrato para la siembra de un lote de maíz”, manifestó Martha Arango. En el supuesto punto de encuentro, los campesinos fueron abordados por los homicidas, con quienes al parecer habrían estado hablando por unos minutos. “Luis Carlos, quien iba de parrillero se bajó de la moto y caminó hacia el frente”, dijo un investigador. 
