Víctor Manuel Coronado Montealegre, o más conocido como ‘El Andariego Caqueteño’, es un joven invidente que se gana la vida cantando música popular. En un reciente viaje a Bogotá le hurtaron los equipos de amplificación para cantar y hasta la ropa. De paso por Neiva pidió la solidaridad de los buenos corazones para recuperar sus equipos y retornar a su tierra natal.
El joven cantante, quien tiene 28 años y es oriundo de El Doncello, Caquetá, dialogó con LA NACIÓN y narró detalles de su vida.
“Soy de El Doncello, Caquetá, y me siento orgulloso de serlo. Soy invidente desde niño, a causa de una enfermedad que padecí cuando tenía dos meses de edad y que me afectó totalmente la vista. Desde pequeño me ha gustado la música. Recuerdo que un tío tenía un equipo de sonido y yo ponía un palito al lado diciendo que era un micrófono y cantaba”.
“En el año 1999 hubo una teletón en El Doncello, salí a cantar y desde ahí la gente me empezó a conocer. Canto música de Darío Gómez y otros géneros como la música tropical, porque uno canta para animar a la gente y muchas veces las personas quieren música para bailar y yo la tengo preparada”, explicó Víctor Manuel.
Según ‘El Andariego Caqueteño’, aunque no cursó estudios, su talento y entrega le han permitido ganar el sustento para mantenerse.
“No cursé los estudios normales porque tenía dificultades; estudié sistema Braille pero no pude terminar porque no tenía los recursos; vengo de una familia muy humilde. Entonces decidí que mi talento sería mi herramienta para sobrevivir, por eso me dediqué de lleno al canto”.
“Antes de salir del Doncello viajaba todos los fines de semana por pueblos como Puerto Rico, San Vicente, entre otros, y allí hacía presentaciones; es decir, me acostumbré a trabajar desde muy joven y hasta ahora así he salido adelante”, agregó Víctor Manuel.
Infortunio
Tras la promesa de ayuda de una persona conocida, hace dos meses ‘El Andariego Caqueteño’ emprendió un viaje a la ciudad de Bogotá. Allí trabajó unos días, hasta que fue víctima de los amigos de lo ajeno.
“Salí del Doncello hace aproximadamente unos dos meses. Me fui para Bogotá y me encontré con una persona conocida, supuesta amiga, que distinguí tiempo atrás en Florencia. Ella me dijo que me podía ayudar para cantar en buenos lugares, y en efecto, allí en Bogotá yo llevé una cabina que tenía donde ponía mis pistas musicales y me fue muy bien”.
“En Bogotá duré como unos 15 días y cuando me fui a devolver, la persona con la que andaba me robó la cabina, el producido y hasta la ropa. Como pude me vine pidiendo y llegué a Neiva. Acá conocí a un taxista y a su familia que me brindan posada, alimento y asimismo conocí a la señora Emma Álvarez de la Fundación para la Atención de la Diversidad Funcional en la Discapacidad (Fadifet); ellos me han brindado su apoyo”, narró el joven cantante.
Expectativas
Aunque Víctor Manuel se encuentra en una ciudad desconocida, sin su cabina, ni medios para llegar a su tierra natal, no deja de lado sus expectativas y metas.
“Ahora mismo no tengo nada material, sólo me quedaron mis sueños y mis ganas de trabajar, es decir, de seguir cantando. Yo quiero ser un artista nacional e internacional, seguir trabajando y salir adelante. Para eso necesito volver a comprar mi cabina y devolverme para mi tierra”.
“Yo me gano la vida cantando y quiero pedirle a la gente que me ayude para tener de nuevo mis equipos. Por ejemplo, acá en Neiva hay muchos lugares para cantar pero me piden la cabina y hasta ahí llego. Las personas que quieran colaborarme o contratarme para una presentación pueden contactarme al número 321 345 93 27 o al teléfono de la señora Emma Álvarez, 315 344 13 29 o 862 05 19”, finalizó ‘El Andariego Caqueteño’.
Emma Álvarez de la Fundación para la Atención de la Diversidad Funcional en la Discapacidad (Fadifet) y otros ciudadanos han brindado apoyo a Víctor Manuel.